Hoy se ha empezado a propagar un video extraído de un reportaje de la BBC sobre el problema de la vivienda en España, que ya adquiere dimensiones internacionales. En este video, que se puede visionar en Youtube escribiendo en su buscador Carme Chacón, se destaca a esta nueva ministra cortando de malas maneras al entrevistador, que interpreta que el Ministerio no quiere responder a sus preguntas sobre el polémico tema. En dos minutos no se puede resumir el alcance de este problema nacional. De todas formas, si esto sirve para que se empiecen a poner las pilas en los gobiernos de este país, el nacional y los autonómicos, y no se vuelve a esconder la mierda debajo de la alfombra en ese afán triunfalista de nuevos ricos en los que todos nos hemos embarcado. Creo que a este país le hace falta vivir una buena depresión, al estilo de la que están viviendo ahora los portugueses como nación. Caernos del guindo de una puta vez para enfrentarnos de cara a los problemas reales de grave corrupción urbanística, crecimiento de la desigualdad y desintegración social.
La gran mierda de la vivienda en España es la punta del iceberg de los graves desequilibrios de nuestro sistema. Un gobierno socialista que sólo da golpes de efecto, que se embarca en dialécticas robóticas y oficialistas nada cercanas ni útiles, y que se avergüenza tanto de sus raíces de izquierda como el PP de su pasado franquista. Un gobierno al que le da miedo ser intervencionista donde tiene que serlo, la sanidad, la energía, la vivienda y la economía. Un gobierno de izquierdas que teme pasarse de centralista donde tiene la obligación de serlo, ya que está cada vez más demostrado que la descentralización de las áreas anteriormente citadas no ha redundado ni en mejor gestión ni en mejores resultados para el ciudadano. Queremos alejarnos tanto del recuerdo de un pasado autoritario, que nos pasamos de trocear el estado en decenas de ventanillas burocráticas ineficientes. Cuando algo no funciona en las comunidades, es fácil echar la culpa al gobierno central por la falta de inversiones, pero se les olvida decir que ellos no saben gestionar las infraestructuras que tienen cedidas, es más importante sustituir al estado por su microestado-nación, crearle una lengua, símbolos y quejas propias regionales reflejadas en sus propios boletines oficiales, pero en lo que de verdad es importante, el buen funcionamiento de las infraestructuras e instituciones, todos se parecen, en eso si son tremendamente españoles, si asociamos lo español a la chapuza y y la ineficacia. (VER lo que ha sucedido ahora en Barcelona con el gran apagón). Somos tan horriblemente provincianos, que nos enorgullece creernos que las cosas funcionan mejor en Euskadi que en Madrid, en Barcelona que en Madrid, en Murcia que en Madrid. Porque parece que el súmun de España es Madrid, el centro como identificación con el todo.
Qué poquita autocrítica hay en este país, ni en el centro ni en la periferia, todos estamos contentísimos de conocernos, y somos una mierda sin mucha importancia en el mundo.
Si nos diésemos cuenta de verdad de que si no funcionamos como PAÍS, va a haber fuertes tentaciones de que funcionen sólo las PARTES. Desengañémonos, el fín de muchos estatutos no es el autogobierno sin límite, sino la culminación de otro Estados-Naciones, hijos pijos de España, que quieren el apartamento-bungalow al lado de la piscina de papá, sin que el papá se meta en él, pero con la paga del fínde siempre asegurada. Al poder central le da miedo pegar un puñetazo en la mesa, para que no lo comparen con Paco Rana. Todo lo que huela a España en según que comunidades, es rechazado, no quieren que esos símbolos les representen, y crean los suyos propios, porque España no mola, se parece demasiado al tío antiguo del bigote, es cutre, canalla, casposa, no funciona. Por eso, si España quiere molar, tiene que funcionar de forma efectiva, primero para el ciudadano, después para los páteres de las minipatrias. Que se transfiera a las comunidades TODO menos LA SANIDAD, LA EDUCACIÓN, LA ENERGÍA, LA DEFENSA, LA VIVIENDA, EL REGIMEN FISCAL Y LA HACIENDA. Son asuntos demasiado importantes para que dependan del vaivén de partidos nacionalistas, independentistas , populistas o ladrillistas, da igual.
Y después, que venga la BBC y lo vea.
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