ESCRITORES Y PERIODISTAS VASALLOS


Francisco Umbral (D.E.P.)


María Antonia Iglesias

Ahora que ha fallecido Francisco Umbral, me estimula su figura a reflexionar sobre los periodistas y escritores afines y cortesanos a uno u otro partido mayoritario, o sea, PP y PSOE. Ya no me sorprende ver en los entierros a los políticos agradecidos de uno u otro bando, que dicen mucho con su presencia ó sus ausencias.
Sin entrar a criticar los bandazos intelectuales y políticos que llevan a un Sánchez Dragó, Umbral, Maria antonia Iglesias, Jiménez Losantos, Millás, Regás, etc.. a defender, apoyar o alentar un grupo político-empresarial u otro, pues son estrictamente personales y supongo que se deben a las empresas que les dan de comer, sí me indigna la desvergüenza con la que líderes de partidos o instituciones públicas sacan o meten en sus listas negras a intelectuales, actores, escritores etc.. dependiendo de si son de su cuerda ideológica-interesada o si no lo son. Sus almuerzos con periodistas, directores de periódicos o televisiones, sus linchamientos mediáticos, veáse los acosos en la red de los ciber-fachas contra todo aquel que parezca un rojo-progre famoso.
Esta intolerancia hacia el otro me enferma.

Yo recuerdo a un antiguo compañero de Ocaso que era militante de base del PP y neocatecumenal. Se quejaba de como lo trataba la empresa, que no le permitía tomarse alguna baja para cuidar de su hijo recién nacido, de que si el jefe le discriminaba por protestar, etc.., y después era el primero que distribuía en nuestros ordenadores propaganda virtual anti-Zapatero y Psoe, pasada sin duda desde la central o las sedes de barrio Populares. No quiero decir que no pudiera criticar líbremente a Zapatero o a los socialistas, lo que no me parecía bien era la campaña de acoso y derribo del gobierno legítimo de los españoles, y sobretodo, ese desprecio a familias de actores como los Bardem porque fueran rojos, críticas a su trabajo interpretativo sólo por su ideología política, lo que nada tiene que ver.
Si este Kiko pepero necesitaba un sindicato (rojo) que lo apoyase en sus reivindicaciones laborales, que lo favoreciera en la baja por maternidad, (que después sacó el gobierno de Zapatero), ¿por qué ese fanatismo ciego?.
Conocí en esa misma empresa rancia y pseudo-franquista a un veinteañero xenófobo y racista, cuyos argumentos demenciales y extremos a la derecha de la falange me enervaban. Pero después el tío no aguantaba los abusos de la empresa contra sus trabajadores. Era un loro nazi que repetía consignas sin entenderlas. No era nisiquiera un buen fascista. Un buen fascista debe defender el status quo, el sistema jerárquico empresarial, un sistema abusivo con el trabajador, porque toda reivindicación laboral es sospechosa de comunismo. Se lo quise hacer entender, le di argumentos marxistas que enseguida entendió. Este chaval necesitaba pedagogía, como el pepero anterior.
Esta época es aun peor, en cultura política, que la de hace 70 años. Antes la gente sabía en qué consistía el comunismo, el anarquismo, el fascismo, el liberalismo, etc.. Ahora nadie sabe nada. Oye, escucha consignas muy generales, sensacionalistas, y se adscribe a ellas sin pensar, sin reflexionar, a veces, por tradición familiar o por frustración personal. Se dejan manipular.

Al poder, sobretodo al conservador, le interesa esta ignorancia. Y más en España, país en que se ha glorificado al palurdo, en el que era mejor no meterse en política. Dejemos que haga político el que entienda, el señorito. Tú no te metas, tú no entiendes.
Sólo la Segunda República quiso culturizar al pueblo. Nisiquiera la transición y la democracia contemporánea, aunque universalizó la enseñanza universitaria, ha hecho hincapié en la verdadera educación de los valores democráticos a la gente llana.
Por eso seguimos dándonos de palos como paletos.

Nos hace falta mucha pedagogía y menos intelectuales vasallos que perpetúen el reparto del poder entre los mismos de siempre.

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