Leí ayer un artículo en el diario El País, en el que entendí que se instaba a Zapatero a que influyera en los gobiernos latinoamericanos para que liberalizaran completamente el sector de los mass-media para que una empresa extranjera, Prisa en este caso, pudiera participar en más de un 25 por ciento en las compañías editoriales y de televisión del subcontinente americano, y así contarrestar el poder de Murdoch y sus medios derechistas, con su grumete Aznar a la cabeza, que mientras fue presidente del gobierno, logró liberalizar nuestro mercado nacional para que empresas extranjeras se hicieran con nuestros medios. No me parece mal que El País actúe como vocero de su empresa dueña y sus intereses comerciales. Lo que me parece mal es el detritus de fondo que subyace en nuestro sistema de libre mercado, en el que se influye, compra o se le da una mordida al jefe de gobierno de turno para que abra mercados en el extranjero. En realidad, esto lo llevan haciendo los americanos, ingleses, franceses, chinos y demás desde hace años, quizá los españoles no estemos todavía acostumbrados a esta merienda de negros mundial donde hace poco que hemos llegado. Aznar, ese prohombre que entendió cuál era la filosofía del momento, y que como Berlusconi, Putin, Schroeder, Sarkózy, Bush, Blair etc.., se sumó a aquellos líderes que se unieron a los hombres de negocios como una sóla persona y se buscó sus propias habichuelas, por encima del interés de su patria, ya que todos estos Líderes carecen de escrúpulos ni de prejuicios ante el dólar o el euro, es el político español en el que se ve más claramente por donde van los tiros hoy en día en la alta-politica internacional.
Ojalá Zapatero sea considerado un Paria, un Mindundi, un político alter-mundista, incluso tercermundista, porque así nos dejarán un poco en paz. Que vendan armas y empresas la putísima madre de Bush y Amigos. Yo no he votado al dueño de Zara ni al del Banco de Santander. Y si lo he hecho, que lo digan abiertamente.
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