Tanta polémica por la quema del retrato del rey y de una bandera española, tanto darle importancia llamando al fiscal, secuestrando aquel número del El Jueves, o sea, finalmente, dándoles la razón al entorno batasuno, al entorno independentista radical catalán, que ahora sí que tienen motivos para abominar de España. No puede uno cagarse en nada hoy en día, en ninguna institución, en ningún cimiento del Estado. Parece que fuera muy frágil, que cualquier pelanas sin afeitar pudiera tumbarlo. Si es así, yo me sumo, me dejo la barba de una semana, porque hay ganas, y me voy con Joel Joan a hacerme amigo de ETA como otro desquiciado más.
Si es tán fácil que España se rompa, salgo ahora mismo a la calle y empiezo a quemar retratos de mi jefa, de Botín, de Ramón Calderón, del Roca, del Pocero, del Solbes, de la ministra Trujillo o de la Chacón, de Esperanza Aguirre, de Gallardón, de Rajoy, de Rubalcaba, de la marquesa dueña de Ocaso, de todos esos empresarios sin escrúpulos de la construcción, etc.., pero no para pedir la independencia de mi patio, que es algo de soplagaitas con la barriga llena, sino para pedir lo que más duele, vivienda social, contratos de calidad, una sanidad pública buena, carreteras arregladas, más controles de velocidad, más educación cívica y democrática no en las escuelas, sino en las familias. Yo por pedir todo eso quemo banderas, retratos, me cago en España, en esa España antisocial que no me gusta nada. Me meo en esa España, en esa Catalunya, en ese Euskadi de gilipollas.
Qué placer quemar una bandera, cientos, miles de ellas, ponerlas al revés, pintarle un bigote al retrato del Rey, (a mí no me caía mal, pero ahora, por reacción a tantos idiotas que le defienden, le pinto un bigote como el que llevaba el putero de su abuelo), hacerle un corte de manga a todos los presidentes del gobierno que son y han sido, a los autonómicos, a los alcaldes.., a los obispos,..a los sindicalistas..
Si da tanto miedo que se metan con la institución, que en teoría, une al país, es quizá porque el país no está tan unido. Me gusta tan poco esta España neoliberal, tan en crísis como estado-nación, que no me da ninguna pena que se desmembre. Yo mismo le metería fuego si pudiera y me dejaran. Pero que no vengan Joel Joan ni Otegi a darme las gracias.
Haría la revolución en un hueso, como Miguel Hernández.
Si es tán fácil que España se rompa, salgo ahora mismo a la calle y empiezo a quemar retratos de mi jefa, de Botín, de Ramón Calderón, del Roca, del Pocero, del Solbes, de la ministra Trujillo o de la Chacón, de Esperanza Aguirre, de Gallardón, de Rajoy, de Rubalcaba, de la marquesa dueña de Ocaso, de todos esos empresarios sin escrúpulos de la construcción, etc.., pero no para pedir la independencia de mi patio, que es algo de soplagaitas con la barriga llena, sino para pedir lo que más duele, vivienda social, contratos de calidad, una sanidad pública buena, carreteras arregladas, más controles de velocidad, más educación cívica y democrática no en las escuelas, sino en las familias. Yo por pedir todo eso quemo banderas, retratos, me cago en España, en esa España antisocial que no me gusta nada. Me meo en esa España, en esa Catalunya, en ese Euskadi de gilipollas.
Qué placer quemar una bandera, cientos, miles de ellas, ponerlas al revés, pintarle un bigote al retrato del Rey, (a mí no me caía mal, pero ahora, por reacción a tantos idiotas que le defienden, le pinto un bigote como el que llevaba el putero de su abuelo), hacerle un corte de manga a todos los presidentes del gobierno que son y han sido, a los autonómicos, a los alcaldes.., a los obispos,..a los sindicalistas..
Si da tanto miedo que se metan con la institución, que en teoría, une al país, es quizá porque el país no está tan unido. Me gusta tan poco esta España neoliberal, tan en crísis como estado-nación, que no me da ninguna pena que se desmembre. Yo mismo le metería fuego si pudiera y me dejaran. Pero que no vengan Joel Joan ni Otegi a darme las gracias.
Haría la revolución en un hueso, como Miguel Hernández.
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