LA PUTA VIDA


Ayer estuve 2 horas en la cola de una comisaría del centro de Madrid para hacer un simple trámite administrativo : la renovación del D.N.I. y quizá, el pasaporte. Después de preguntar en otra comisaría cercana, en Almagro 28 y comprobar cómo todos los números se había acabado a las 3 de la tarde, 10 minutos después de que comenzara el turno de tarde, me dirigí a la comisaría de Santa Engracia 18, donde el amable policía de la puerta, me informó que él iba repartiendo números poco a poco desde las 16 hasta las 19 horas. La cola llegaba al infinito.


Estuve dos horas, desde las 17 h., esperando en esa cola que avanzaba a paso lento de tortuga reumática, y no logré coger número, porque a las 18:45 h el otro poli de la puerta ya no repartía más. Un señor airado y muy tonto empezó a vociferar que todo era culpa de los extranjeros, que habían venido a jodernos. Silencio de la gente. Después dijo que los funcionarios de dentro llevaban 15 minutos sin trabajar y se encaró con el poli de la puerta, que obviamente no le entró al trapo.

En la cola de enfrente, en la de los extranjeros que venían a renovar la tarjeta de residencia, o el permiso de trabajo, una pareja jóven, supongo que eran latinoamericanos, nos miraban con sorna.

Pensé con ironía que la incompetencia y el tercermundismo de las comisarías madrileñas nos había igualado a todos por abajo, españoles y extranjeros. Si antes eran sólo ellos los que tenían que padecer largas colas para resolver simples trámites administrativos obligatorios, ahora también los nativos teníamos que padecer de la arbitrariedad y la cutrez de nuestras instituciones. Es justo en cierta manera, el estado ya no privilegia a nadie.


El señor idiota de la cola no tenía razón con sus proclamas xenófobas. Apuntaba mal su ira y frustración. La culpa no es de los extranjeros que pueden colapsar los servicios en Madrid, es del Estado que no ha previsto en medios por el incremento de la población en pocos años.

Si el Estado facilita la integración laboral de los inmigrantes, si los requisitos para conseguir la tarjeta de residencia no son rígidos, si esos ciudadanos inmigrantes pagan sus impuestos aquí, lo más sensato es mejorar y agilizar los servicios públicos y los trámites para TODOS.


Mi novia me decía que reclamase, que pidiera una hoja de reclamación. ¿A quién?,¿cómo?, ¿dónde?. El policía no dejaba entrar dentro de la comisaría. ¿A él se la tenía que pedir?¿Me la daría?. ¿Se reiría de mí?.


Desde hace algún tiempo, en asuntos como sacarse el carnet de conducir o en trámites como esto, he hescubierto que vivir en la capital es un atraso. Sé por familiares y amigos, que en las capitales de provincia todo es más ágil y barato. Claro que vive mucha menos gente.


Creo que hay que exigirle al Estado y a la comunidad Autónoma Madrileña que ponga más medios y que dote de una excepcionalidad presupuestaria a Madrid Ciudad, al estilo de México D.F., como ya se ha hablado en los medios muchas veces. Si no, el problema va a estallar por otro lado, y no es conveniente para nadie que esto suceda.

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