PRIVATIZA QUE ALGO (NO) QUEDA


Fotos de Agustí Centelles




El viernes pasado estuve en el Centro Conde Duque de Madrid, viendo la exposición del fotógrafo catalán Agustí Centelles, en el que reflejaba sobretodo la vida en el frente de Cataluña en la Guerra Civil, retratos que consiguió guardar durante más de 38 años en Francia y traer a España una vez muerto Franco, documentos gráficos imprescindibles para comprender aquella época desde el bando republicano, aunque lo trasciende con creces.
Salí de allí muy concienciado y conmovido, la guía era estupenda y todo lo explicó muy bien. Cual fue mi sorpresa, cuando al ir hacia la hemeroteca, en el edificio de al lado de la exposición, encuentro un cartel de UGT, en representación de los trabajadores del ayuntamiento, y sobretodo, de los centros culturales, que expresaba su descontento por la unilateral decisión por parte del consistorio de ir privatizando progresivamente todos los servicios de estos centros.
El cartel informaba que el departamento de Recursos Humanos del Ayto. de Madrid no veía por qué tenían que negociar nada, cuando la mayoría absoluta que el pueblo madrileño le había dado, refrendaba con creces su política de privatizaciones. Por lo menos, consecuentes son. Así conciben la democracia y lo público. Tienen esa ideología thacheriana y la llevan a cabo, sin hablar con nadie. Ahora se ha visto, con la corrupción en las Gerencias de Medio Ambiente y Urbanismo en el Ayto. de Madrid, que para evitarlas, según ellos, van a privatizar para contratar a empresas externas. Están en marcha nuevas investigaciones policiales en Juntas de Distrito donde hay indicios de irregularidades.
Sé que este afán privatizador no es sólo un asunto del Partido Popular. Ellos lo llevan al extremo, porque creen en ello, no hay que olvidarlo. Pero sé que la Junta de Andalucía echa mano de empresas privadas externas para muchos servicios, e incluso el Ayto. cordobés, con IU a la cabeza, también contrata a empresas privadas de servicios para talleres para sus centros cívicos, entre otras cosas. En un sistema de libre mercado, puedo comprender que se intente equilibrar lo público con lo privado, pero por lo menos, que nadie haga demagogia con ello ni derroche hipocresía en tiempo electoral.

No pienso utilizar el argumento de las privatizaciones para atacar al PP, haciéndole el juego al PSOE y a IU, cuando ellos hacen lo mismo.
La semi-privatización de Renfe en múltiples empresas, ADIF, Grandes Líneas, alta Velocidad, etc.., está arrojando unos pésimos resultados, porque lo que era un servicio ferroviario público, se ha convertido en un sistema empresarial caótico que prima sobretodo la rentabilidad, con lo cual, elimina líneas deficitarias, pero no por ello menos necesarias para el ciudadano, para primar un servicio caro y elitista como es el AVE. Todas las consecuencias de esta política sin cabeza, se están padeciendo en Barcelona con el horror de los Cercanías.
Y ya no le echo la culpa a esta Ministra de Fomento como no se la echo a Joaquim Nadal en el asunto del Carmelo, o a Gallardón o a Esperanza Aguirre por privatizar todo lo privatizable, se la echo a esta nueva religión economicista y neoliberal que contamina cada actuación política, y que ya llevamos padeciendo los ciudadanos de a pie con malos servicios de transporte, obras eternas e innecesarias, impuestas desde arriba, gestiones locales que favorecen la corrupción al ser ineficaces y lentas, subidas catastróficas de los precios de los alimentos, etc.. No merecemos a estos políticos que se echan la culpa unos a otros para quitarse el muerto, nadie se hace responsable de nada. Pues si no quieren ser responsables, que no tengan tantas ganas de salir elegidos la próxima vez. ¿No véis que es enmarronarse de nuevo?.
* * * * *
A mí me gusta lo público. Yo creo que la Sanidad, el Transporte, la Energía, la Educación, deben ser servicios públicos fuertes y eficaces, inyectándole dinero suficiente. Hasta en EEUU, paraíso de la empresa privada, se están dando cuenta de que deberían tener un sistema sanitario público y universal como el europeo. Entonces, ¿por qué nos queremos cargar aquí estos servicios públicos que tantos años hemos tardado en conseguir?. Las administraciones públicas pueden, en aras del dinamismo y la eficacia, cambiar y reducir todo aquello que las paraliza o estanca como dinosaurios, pero sin desprestigiarlas ni haciéndolas desaparecer. Pero la izquierda que gobierna debe creer en lo público de VERDAD, sobretodo para diferenciarse de la derecha, que coherentemente con sus ideas, no cree.

Comentarios