Hace poco volvía a oir en boca de alguien esa frase que, como un estribillo, todo el mundo repite sin plantearse si es válida o no y qué hechos vienen a apoyarla: que la mano de obra inmigrante es necesaria porque hacen los trabajos que los españoles no quieren hacer. Como si fuéramos kuwaities que no quisiéramos mancharnos las manos de grasa y polvo, una sociedad de señoritos, vamos. Yo le dije al loro repetidor de consignas que eche un vistazo a nuestra sociedad. La tendencia es a la temporalidad, a la subcontrata, a la no-formación de los trabajadores. Cada vez el trabajo está más depreciado y el empresario no quiere que el trabajo se haga bien, que haya conocimiento detrás del trabajo. Sólo quiere hacer pasta a corto plazo. El patrón concuerda con lo que yo observo: la mano inmigrante es un recurso más del empresariado: mano de obra abundante, barata, sumisa y todo- terreno: igual los empleas para poner ladrillos que para fregar platos o servir mesas. Se les dice lo que tienen que hacer con una explicación de media hora, se les pone a currar y andando. No importa que no sepan nada, que cometan errores, que la calidad de los servicios sea ínfima.
En una comida con familiares dije que estaba ya cansado de que, en el colegio público, a mi hija le lavasen tanto el cerebro con pastorcillos, belenes, ovejitas y demás misticismos judeo-cristianos, por no hablar de la alegría de recibir objetos-regalo (fabricados en China, con pilas y para tirar a la basura a los pocos días y servir de pasto a la incineradora-creadora de dioxinas). ¿Por qué no hacer una representación de Platón hablando en el Agora? ¿Por qué no representar pequeñas escenas sacadas de Sofocles, por poner un ejemplo? ¿Es que Jesucristo, la Virgen y San José es todo lo que tiene la humanidad para hablar de ello y representarlo? Bueno, nadie pareció comprenderme, y todos se me echaron encima: que si es una tradición, que la escuela no pretende lavar el cerebro de nadie, que no hay un dirigismo, que es una ilusión para la infancia, etc..
Escrito por SMUFO
En una comida con familiares dije que estaba ya cansado de que, en el colegio público, a mi hija le lavasen tanto el cerebro con pastorcillos, belenes, ovejitas y demás misticismos judeo-cristianos, por no hablar de la alegría de recibir objetos-regalo (fabricados en China, con pilas y para tirar a la basura a los pocos días y servir de pasto a la incineradora-creadora de dioxinas). ¿Por qué no hacer una representación de Platón hablando en el Agora? ¿Por qué no representar pequeñas escenas sacadas de Sofocles, por poner un ejemplo? ¿Es que Jesucristo, la Virgen y San José es todo lo que tiene la humanidad para hablar de ello y representarlo? Bueno, nadie pareció comprenderme, y todos se me echaron encima: que si es una tradición, que la escuela no pretende lavar el cerebro de nadie, que no hay un dirigismo, que es una ilusión para la infancia, etc..
Escrito por SMUFO
Comentarios
creo que la religión debe quedar para el ámbito privado, para las escuelas privadas y concertadas religiosas y las asociaciones o colectivos confesionales.
también creo que influye que aquí en madrid manda el PP, partido excesivamente cercano a grupos católicos de todo tipo y que fomenta la escuela religiosa.