SOBRE EL ABORTO EN ESPAÑA


Hasta hace poco, yo daba por supuestas algunas cosas en este país. Creía que el derecho al aborto ya estaba conseguido y que no había que luchar de nuevo. Pero veo que en España, derecho por el que no sigues luchando, derecho que se acaba perdiendo por la fuerte resistencia de los poderes fácticos de la España Más Negra.
Esta navidad pasada charlaba sobre este tema con una amiga cordobesa muy querida. Yo le manifestaba, que quizá por mi educación católica, todavía rechinaba dentro de mí un miedo ancestral al aborto, un temor supersticioso latente. Aceptaba los 4 supuestos de la ley española, pero pensaba que lo mejor era no llegar a ese caso, que había que poner todos los medios anticonceptivos para no tener que pasar por un aborto. Siempre que no fuese un caso de violación, malformación del feto, etc.. Mi amiga defendía el aborto libre, sin plazos ni supuestos. Yo era reticente a eso, pero daba por hecho que los cuatro supuestos legales se aplicaban sin problemas en España. Hete aquí que compruebo por los medios de comunicación que naranjas de la china, que la objeción de los médicos ginecólogos en la sanidad pública es muy alta, de ahí las derivaciones a las clínicas privadas, y por consiguiente el acoso y denuncias de las asociaciones católicas pro-vida a éstas para impedir que se ejerza el derecho a abortar. En Navarra abortar en imposible, nisiquiera en la sanidad privada. Y llegan informaciones de que muchas mujeres se están marchando a Francia a abortar porque con las últimas denuncias a clínicas de interrupción del embarazo, estos profesionales se están negando a practicar abortos por miedo. Compruebo que el PSOE no contempla modificar la Ley del Aborto, a pesar de las presiones de asociaciones feministas cercanas, y que vuelve a plegarse a lo que le dicta el bloque más conservador de la opinión pública y política. O sea, que me doy cuenta de que no es tan fácil abortar en este país, que nunca lo fue en realidad. En ese caso, me pongo junto a las mujeres para defender sus derechos conseguidos, y solicito también que se amplie la ley y sus plazos, o que el aborto sea libre completamente. Dar un derecho como éste, no significa que la mujer vaya ahora a abortar alegremente, como dicen las asociaciones Pro-Vida. Es un mal trago, una situación penosa y aún mal vista por ciertos sectores sociales. La religión católica todavía pesa en mentalidades y costumbres. A mí me pesaba, pero ahora lo he visto claro y rectifico.

Comentarios

KOSTOBLOGOF ha dicho que…
A.S. Neil, el fundador de la escuela Summerhill, decía que la religión, o al menos lo que a él le había tocado conocer y vivir de este fenómeno, es antivida. Y yo pienso en estas asociaciones autodenominadas pro-vida y que se dedican a dar el coñazo, a incordiar a pobre gente con problemas y, sobre todo, a empeñarse en negar la realidad, en vivir de espaldas a ella, en construir una fantasía que sólo existe en su pequeña sociedad, tal vez, y en el mundo de la imaginación. Este pro-vidismo lo veo yo como lo contrario, como el anti-vismo de nuestra rancia religión (la única y verdadera), siempre negando los impulsos naturales, sembrando culpa como quien siembra minas, haciendo de la vida de los que caen en sus redes un infierno, una vida postiza, un remedo de vida, en lugar de una vida gozosa, autoconsciente, plena. Siempre ayudando a perpetuar las desigualdades sociales y políticas, predicando el conformismo, la sumisión, haciéndole el caldo gordo al terrateniente, al patrón, al capital.
Uno puede estar a favor o en contra del aborto. Otra cosa es la cuestión del derecho a la interrupción del embarazo, sin peros y sin preguntas. Y, sobre todo, sin acosos, sin denuncias y sin cárcel o multazos. Dicho de otra manera, si me pasa a mí, lo del embarazo no deseado, puede que mi opción personal sea, adelante, prefiero ser padre ahora antes que recurrir al aborto. Pero el derecho al aborto libre y gratuito ha de estar ahí. Como una garantía y sin vuelta atrás.