Heredarás la empresa

En mi actual empleo, en una coercitiva y pesetera empresa de formación no reglada donde rige el silencio y el miedo, sin convenio y sin comité de empresa, como en casi todas, existe una peculiar raza de empleados a los que yo denomino : “Los que heredarán la empresa”. Son los que siempre salen los últimos, los que más horas extras hacen, los que disfrutan mandando sin ser jefes, los que llevan corbata y traje sin ser obligatorios. Algunos de ellos son sibilinos, muy hipócritas, saben jugar al poli bueno y al poli malo cuando hace falta, y no cabe duda de que aman a su empresa sobre todas las cosas. Han descubierto las cifras y los números, además de las cuentas de resultados, crean sus gráficos y sus barras, felices de agradar al jefe de operaciones. Y son excelentes esbirros, ejecutan las órdenes y los mandatos de sus jefes, que siempre quedan bien, a salvo de odios e incólumes. El esbirro toma las decisiones por las que no le pagan, pero a él le da igual eso. Este personaje también suele ser eficaz a la hora de acosar laboralmente al caído en desgracia, y le encargan fabricar pruebas falsas para denigrar al empleado pringado y (envidiado) con saña. El esbirro no siempre asciende, pero se lleva regalos y privilegios injustos. Fíjense bien, seguro que hay uno o una rondando cerca.

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