Tengo 35 años y me siento parte de la Generación F, (de Frustración). Me siento muy frustrado, como mucha gente de mi edad que se encontró con la vida real, la precariedad laboral, la de la no-vivienda propia y alquileres caros, las parejas inconstantes, etc.. Me oigo quejarme a los colegas de trabajo que tengo al lado, soltándoles mi negatividad, y me avergüenzo de mí mismo. La chica veinteañera que tengo delante, no tiene la culpa de lo que yo siento un fracaso personal. Tendría todo el derecho a pensar que soy un treintañero amargado, y no me gusta esa imagen que transmito. Esa baja tolerancia al estrés, a la frustración, que saca lo peor de mí, la falta de ilusión, no me gusta ni me hace ningún bien. Sólo voy a conseguir que se cumpla lo que más temo, lograr ser despedido de nuevo, enfadarme con quien no se lo merece, aparecer como otro trabajador quemado por sus circunstancias.
Miro a los chavales recién salidos de la universidad o la formación profesional, y veo el ejemplo que les estoy dando, y no sé si en el fondo, mi derrota será la visión de lo que les espera con mi edad aunque ahora piensen que soy un pringado.
La lucha contra la Frustración es la gran misión de mi generación.
Miro a los chavales recién salidos de la universidad o la formación profesional, y veo el ejemplo que les estoy dando, y no sé si en el fondo, mi derrota será la visión de lo que les espera con mi edad aunque ahora piensen que soy un pringado.
La lucha contra la Frustración es la gran misión de mi generación.
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