Escucho en la radio una entrevista a un joven realizador austriaco que presenta un documental sobre oficiales de las SS y otros nazis aún vivos que residen con total impunidad en la Costa del Sol, Madrid y otras localidades españolas. Incluso ha logrado entrevistar a un viejo oficial austriaco que reconoce todo lo que se hizo en los campos de exterminio, sin ningún atisbo de arrepentimiento, incluso justificándolos con ridículos planteamientos. Lo más sangrante, es que en otra entrevista con el responsable del Centro Wiesenthal de Jerusalén (Cazanazis israelíes), éste reflexiona muy amargamente sobre la pasividad e indiferencia de los sucesivos gobiernos democráticos españoles ante las numerosas peticiones de investigación de nazis refugiados en España desde el franquismo, formuladas por el citado centro israelita. Es curioso como tenemos a destacados jueces que procesan a dictadores argentinos y chilenos, o como hay resoluciones judiciales contra cargos chinos que reprimieron a manifestantes tibetanos, y no existen peticiones propias españolas para que se investiguen a oficiales nazis que todavía residen en las colonias germanas repartidas por toda la costa, y que no han pagado sus crímenes, además de todos los obstáculos que han puesto los descendientes de los franquistas para que no se investiguen los crímenes de la Guerra Civil Española, y que logran que los jueces y los políticos callen. Da la impresión de que Franco aún manda, ó de que se quiere olvidar demasiado rápido. No es cuestión de juzgar ahora al abuelo fascista o estalinista, pero sí de hacer justicia con todos aquellos procesados injustamente por un régimen dictatorial e ilegal, desenterrar a los asesinados que aún se hayan en fosas comunes en nuestros campos y carreteras y restablecer la memoria del bando que fue aplastado por el fascismo. Todo esto aún no se ha hecho. Por eso los nazis viven tranquilos en España, no tenemos nada que reprocharles porque hemos sido demasiado tibios con nuestras propias responsabilidades como país.
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