Suena bien para una mentalidad de izquierdas eso de que los EEUU han adoptado una supuesta medida intervencionista en los mercados, al nacionalizar o inyectar dinero en financieras y bancos que estaban en las últimas. Pero no sabe tan bien si ya conoces las verdaderas razones de tamaña intervención. Es una gran operación de limpieza, al quedarse el estado con las hipotecas basura que estaban intoxicando las cuentas de esas empresas. Por la paz social, para que la crisis no sea aún peor, para intentar arreglar el desaguisado creado por la avaricia y total impunidad de los grandes directivos de estas macrofinancieras, que especulaban con todo menos con sus grandes sueldos, el gobierno interviene y se plantea regular un mercado devorador, destructivo e ingobernable, cagándose en su ideología liberal.
Es una buena lección de humildad para tanto neoliberal de nuevo cuño, para tantos bulldogs privatizadores, amigos de sus amigos empresarios a los que venden la empresa pública a precio de saldo.
Qué bueno eso de rescatar del abismo operaciones arriesgadas, suicidas y fracasadas. A la empresa privada se le perdona todo, no se le pide responsabilidad social ni sentido común. Se les mima hasta el infinito por el mantra mil veces repetido de que ellos crean la riqueza nacional, los puestos de trabajo, etc.. Pero lo que se ha acabado aquí no ha sido el capitalismo, sino un tipo de capitalismo especulativo y financiero sin reglas, salvaje, cruel, volátil. Las bases y los cimientos de este sistema económico son corruptos, y por eso pasa lo que pasa.
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