LA PRISA


ROBOTS INHUMANOS

En Madrid, la agitación anímica que provoca la prisa, nos vuelve inhumanos, agresivos y hostiles a los demás. Nos transforma en bultos sin educación cívica, listos para engañar al otro por saltarnos la cola y llegar los primeros. También exigimos lo imposible, perdemos la paciencia y pedimos YA, AHORA MISMO, lo que necesita un tiempo para ser realizado. Vivimos en la proyección del futuro, y nunca disfrutamos del presente, de lo que estamos viviendo ahora. Encontrar la armonía es imposible con tanta inconsciencia, con tan escasa atención al transcurso de la propia vida.
Nos hemos alejado de los ritmos naturales, de los entornos saludables y tranquilos. Vivir en la gran ciudad se ha vuelto insostenible.

# Pasear, caminar por la ciudad es una actividad sana, cuando la fisonomía urbana te lo permite. He denunciado en estas páginas, la cantidad de obstáculos que las carreteras y los automóviles ponen cada día a los peatones y paseantes.

Me gustaría que Madrid no fuera candidata a los Juegos Olímpicos, porque por ahora no reúne las características de una ciudad limpia y sana para sus habitantes, y no tiene un plan urbanístico racional y amigable para el ciudadano. Claro que mirándolo bien, Beijing/Pekín tampoco han reunido esas mismas condiciones y han realizado unos controvertidos juegos olímpicos.

*He entrado en la Parroquia de San José, para ponerme a resguardo del bullicio de la Gran Vía, y contemplar con sosiego la iglesia, sus cuadros, sus santos. Me he sentado tranquilamente en una capilla, para dialogar con tranquilidad, íntimamente con mi interior, y a eso, que llega corriendo y estresado el capellán, párroco o guardés de la finca, para decirme que va a cerrar la iglesia y que salga. Ni 1 minuto nos ha dejado a la gente que estábamos dentro de encontrar un momentáneo cobijo. Si las iglesias ya nisiquiera sirven para salvaguardar la paz, ¿adónde nos tendremos que ir?...

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