La semana pasada, aprovechando que tenía que pasar por la Alameda de Osuna para ir a una entrevista de trabajo al otro lado de la A2, todavía llamada a esa altura Avenida de América, me dispuse a ir andando desde la salida de Metro de la línea 5 Alameda de Osuna, buscar el puente sobre la citada Nacional y llegar al Polígono Industrial del Barrio del Aeropuerto, que se encuentra al otro lado de la carretera. Bueno, pues fue una odisea, porque sólo existe una pasarela, que en realidad es sólo para los vehiculos con una pequeña acera para los peatones, cuyos sentidos de ida y regreso pasan por el lado derecho, siendo imposible regresar por la via izquierda. Me ha pasado varias veces en Madrid, siempre en los alrededores de la M-30 y M-40, verdaderas fronteras infranqueables para los peatones, y sólo útiles para los vehículos. Si no vas corriendo por la carretera, no hay manera de llegar a los sitios que quedan al otro lado de estas vías. Dejan incomunicados barrios enteros, y sólo puedes utilizar el transporte privado y en el mejor de los casos, el público para cruzar sólo distancias insalvables de pocos metros. Así Madrid se ha convertido en una ciudad hostil para el peatón, complicada y dificil de recorrer de una manera humana. No hay una mentalidad civilizada en el consistorio ni en la comunidad de Madrid, no hay respeto de nadie por el peatón y el paseante.
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