Aborto sin mala conciencia (católica)



Mientras veía una noticia del telediario de la sobremesa del canal Cuatro sobre la nueva legislación del aborto de este gobierno, cuando la ministra Aido se justificaba diciendo que con la nueva ley de plazos, lo que se aborta no es un ser humano, sino un ser vivo (sólamente), yo le comentaba a un compañero de trabajo que qué más daba eso, que por qué se justificaba, como si se estuviera haciendo algo malo, como si hubiera que suavizar las cosas para que la gente lo aceptara mejor. No estamos hablando de gatitos, de hacer daños a animales domésticos. Un gobierno no necesita justificarse ni quitar hierro. De toda la vida de dios se ha abortado, se ha matado a recién nacidos, se ha controlado de mala manera la natalidad, por eso es mejor regular ese derecho a tenerlo desprotegido, es mucho mejor una ley de plazos que la penalización. Hay un gran y equivocado argumento que proclaman las mentes populares, que dice que si concedes una libertad, todo el mundo se la va a tomar y va a convertir ese derecho en libertinaje, como si se desconfiase del ser humano y de su sentido común. Hobbes sobre Rousseau. Algo muy dictatorial, muy poco democrático. Se desconfía de la libertad en este país. Quizá es porque nos dan miedo los demás, porque nos da miedo asumir responsabilidades sobre nuestra vida, y es mejor aparentar ante los demás, la famosa hipocresía española. El aborto no es algo agradable para ninguna mujer, y sobretodo, hay que potenciar la educación sexual y la prevención para que no se llegue a eso, pero una vez que se produce, el estado tiene que dar los medios adecuados para ejercer esa decisión personal. El indivíduo está por encima de toda confesión religiosa. Si el gobierno quiere extender derechos de mujeres y gays, es algo muy positivo para este país, los conservadores no lo harían. Estoy de acuerdo con los socialistas, y esto me parece un pensamiento liberal, que el estado debe dar las herramientas para que las personas se realicen, y elijan su destino sin cortapisas. La única pega es la cuestión económica, la crísis, la explotación empresarial, lo poco que está haciendo este gobierno para intervenir a favor del trabajador. Quizá por ese mismo pensamiento liberal, tan lejano al del partido popular, que no es liberal, es intervencionista a favor del empresariado, de sus amigos. Pero esa es otra historia.

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