Todo el mundo ya sabe lo que ha ocurrido. Hubo mucha indignación internacional con la Masacre de Gaza del año pasado, pero nadie presionó con fuerza a la nación israelí, y ahora, han tenido que morir nuestros ciudadanos en la Flotilla de la Paz, para que crezcan las voces de protesta. Pero qué pocos gobiernos han reaccionado expulsando a los embajadores israelitas, o presentando sanciones duras, o echando a Israel de las instituciones internacionales. Mi opinión es que de una vez por todas, hay que empezar a tratar a Israel como un estado paria, de la misma manera que a Corea del Norte o Birmania. Existe un fuerte tabú en Occidente: parece que somos antisemitas si criticamos las bárbaras acciones del gobierno de Israel, y eso le da una gran libertad a ese estado paria para hacer lo que le viene en gana, a saltarse las normas. No se deben mezclar términos religiosos o simplemente económicos, con los políticos, no estamos ya en la Edad Media. Cuando venzamos ese prejuicio anticuado, estaremos ayudando a preservar la paz en el mundo.
La acción excesiva y cruel de Israel va a darle alas a los extremistas islámicos que quieren la destrucción de ese estado. Y no seré yo quien condene esta vez ese deseo. Pero debe ser el pueblo del estado israelí quien le exija explicaciones a sus gobernantes y actúen en consecuencia, junto con verdaderas presiones internacionales para aislar a Israel de Occidente, su cómplice y aliado durante decenios.
Comentarios