TODAVÍA RESISTEN (HUELGA EN EL METRO DE MADRID)


Contínuamente escucho en mi lugar de trabajo, opiniones adversas y muy críticas con la huelga de los empleados del Metro de Madrid, con la actitud de los funcionarios, de los sindicatos, que "si siempre pagamos los mismos las consecuencias", que si son unos vagos, que es inaudito que no cumplan los servicios mínimos, etc..Como es natural, todo el mundo sólo mira por sus intereses y su circunstancias personales, y no se dan cuenta de que, hoy en día, si quieres conseguir mejoras laborales y la otra parte no cede, debes ser radical y muy explícito. Es una confrontación de fuerzas, y si los sindicatos del Metro pueden convocar un paro tan duro, es porque pueden hacerlo. ¿Qué significa esto? Pues que en esta empresa, todavía los sindicalistas tienen el suficiente poder de paralizar una ciudad entera. Y a pesar de todos los inconvenientes producidos, es una grata noticia para los trabajadores, que todavía se pueda hacer esto. Nos caigan mejor o peor, tengamos derecho o no a transportarnos a nuestro trabajo. Son los últimos que pueden hacerlo. Nosotros, los de la empresa privada, ya no podemos.

Ha calado el mensaje en la gran masa desclasada y desideologizada de que los sindicatos sólo están llenos de liberados con mucho rostro, de piqueteros violentos, y de que, con motivo de esta huelga en Madrid, habría que despedir fulminantemente a los cabecillas. La derecha mediática aprovechará la coyuntura para seguir deslegitimando a las fuerzas sindicales y seguirá con su campaña en defensa del sector privado. Todos conocemos los excesos y los abusos de un sector de sindicalistas, y también de funcionarios burócratas, pero que existan no significa que haya que eliminar ambos sectores de la faz de la tierra. Está claro que en este caso de la huelga del Metro, los usuarios estamos siendo utilizados como rehenes de ambas partes, pero no hay otra manera de presionar duramente para conseguir lo que piden, nos guste o no, nos parezca injusto en estos tiempos. Lo piden porque pueden, ya lo dije antes. Si el resto pudiéramos, o quisiéramos, lo intentaríamos. A pesar de que a mí este paro en el Metro también me produce trastornos, lo apoyo porque ya está bien de que el empresariado tenga siempre la sartén por el mango y se salga con la suya. No tienen nunca suficiente, precarizando sueldos y contratos con el apoyo de los diferentes gobiernos regionales y nacionales. Si el sector más o menos público (los empleados de Metro de Madrid no son funcionarios, aunque se crea así)todavía puede protestar y defenderse de los abusos, es porque puede y debe hacerlo. Aún no se lo han cargado del todo.

Me complace ver como en este país aún queda algo de lo que se ve en las protestas y huelgas generales de Francia, Italia, Grecia, etc.., de que no todo está perdido a pesar de la pasividad y resignación de la gente. Se está utilizando esta crísis como la gran excusa para despedir a miles de trabajadores, y para meter miedo y apretarle las tuercas a los que aún tienen trabajo. Y encima, tenemos que mostrarnos agradecidos. Estoy cansado de estar agradecido, y de agachar la cerviz. Estoy harto de pensar como buen español : -"Es lo que hay" (Frase de aceptación conformista que odio con todas mis fuerzas)
A los que se quejan porque no funciona el Metro, les diría :-Es lo que hay.
A los que se quejan de que en las compañías telefónicas les atienden sudamericanos sin formación y que no les resuelven sus problemas, gracias a la subcontratación y a la consiguiente pérdida de calidad laboral y de atención al cliente, les diría :-Es lo que hay.
¿Querías privatización? ¿Querías ineficiencia y rentabilidad a cualquier precio y tarifas más baratas a cambio?
- ES LO QUE HAY.

*Mi sueño es ver la M-30 llena de personas en bicicleta, los coches abandonados en los árcenes porque la gasolina esté por las nubes y nadie pueda pagarla, más transporte público ecológico con personal bien pagado, equipado e indefinido en sus contrataciones.

-No se puede pretender que todo un sistema funcione a cambio de tener precarizado y esclavizado a los empleados de todos los sectores profesionales que lo componen.

-No se puede tener un país con servicios de primer nivel mundial con sueldos del tercer mundo y condiciones laborales miserables.

-En España, estamos ya en la frontera de ese nivel donde prima el egoísmo individualista frente al bienestar colectivo. Y en cuanto la rebasemos, llegará el desastre.

-Frente al gobierno inflexible y arrogante de la Comunidad de Madrid, sólo se puede ser igual de inflexible y soberbio, es un pulso, un mano a mano, el que resista, gana.

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