TRABAJOS QUE MATAN: EL MIEDO SE CEBA CON LOS EMPLEADOS


La tensión empresarial y el temor al despido afectan a los trabajadores, más desmotivados que
nunca.
Hay épocas en las que trabajar es, al mismo tiempo, un privilegio y un infierno. La crisis económica ha provocado el
cierre de cientos de miles de empresas e incontables recortes de plantilla. Los que se van al paro sufren, pero los que
se quedan también pagan un precio.
Estos son los síndromes más habituales entre los trabajadores actualmente:
Dependencia del estrés:
Quien la sufre se refugia en su empleo hasta el punto de no poder dejar de trabajar ni un
solo día en meses. No ponen límites entre el ámbito personal y el profesional, y éste llega a interferir en cualquier
parcela de sus vidas.
Síndrome del superviviente:
Ir al trabajo cada día sin saber qué pasará en el futuro crea incertidumbre y hace mella
en los trabajadores. Sufren cefaleas, insomnio y ansiedad, y aumentan sus adicciones, como el alcoholismo y el
tabaquismo. Viven aterrados por las decisiones que se están tomando en las empresas, como las fusiones que
implican reducciones de plantilla y su miedo crece cuando ven la difícil situación en la que están los trabajadores que
han sido despedidos.
Desconectados de la empresa:
Muchos trabajadores han dejado de confiar en su empresa y, como consecuencia se
desvinculan de ella. Con la crisis ha aumentado la falta de compromiso de los empleados. Lo cual es lógico ya que
sistemáticamente son ellos los que pagan los platos rotos, a través de recortes de plantilla o de otras soluciones. Se
está recurriendo a la amenaza y al castigo, así que los trabajadores sólo piensan en quién será el siguiente en caer,
en lugar de estimular su creatividad.
Astenia “potente”:
La astenia primaveral es un trastorno que produce cansancio y falta de energía para realizar la
actividad habitual. Este mal se ha agravado por la situación laboral que atraviesan los trabajadores. Se han juntado la
llegada de la primavera y la sensación de fin de curso. La gente se encuentra especialmente cansada este año.
“Mobbing” y tiburones:
Algunos jefes tampoco ayudan a destensar la situación. Los casos de mobbing (acoso
laboral) se han multiplicado. Este aumento se debe al efecto de los llamados
tiburones o directivos tóxicos. Actúan
con frialdad y presentan rasgos psicopáticos. Cargan sobre sus subordinados con un trato inhumano y degradante.
Durante la crisis, este perfil profesional se ha impuesto porque ha conseguido los resultados a corto plazo que se le
exigían, pero lo han hecho despidiendo a gente.
Trastornos de ansiedad:
Presentan síntomas somáticos, como taquicardias o mareos y otros psicológicos, como
agitación, estrés o tensión emocional. Todo ello está relacionado con el miedo.
Parados sin fuerzas:
Uno de los focos de estrés es el miedo a perder el nivel de vida anterior, por no hablar del
efecto en las familias, o del sentimiento de culpa que arrastran muchos desempleados. Creen que si han prescindido
de ellos es porque no trabajaban bien. Esa culpabilidad deriva en una bajada de la autoestima.

De: “El Economista

Enlace a artículo sobre Dopaje para soportar el trabajo.

Comentarios

anais-abel ha dicho que…
por no hablar de que siempre pagamos los mismos las consecuencias de unos actos que no hemos creado, es cierto, quiza, que hemos dejado hacer, que hemos mirado para otro lado mientras no nos tocase a nosotros, pero la experiencia nos dice, que siempre termina tocandonos...
¿¿como se explica que desde que empezo esta crisis los sueldos de las ofertas de trabajo se hayan reducido hasta niveles casi de hace 10 años??... yo he visto ofertas de trabajo por el mismo sueldo que cuando yo empece a trabajar hace mas de 10 años...