VIDA DE PERRO (I)

Es la vida del pobre, del proletario, del empleado subcontratado. Constreñido en vagones de metro y de tren de cercanías, tratado como masa, como número.
No es sólo que tenga que trabajar en empleos de mierda, es que la mayoría de las veces, tiene que arrimar el hombro junto a superiores de mierda, y compañeros de mierda.
Cuando leo noticias de vagabundos muertos a manos de otros sin techo, lo entiendo mejor. Las malas condiciones, la miseria, engendra brutalidad, miseria moral.
Curioso que en las empresas tóxicas donde peor tratan al empleado, en cuanto a precariedad de contratos y bajos sueldos, es donde más se suelen dar casos de mobbing, acoso moral, abusos y agresividad verbal.
No sólo hay que soportar inestabilidad, sino mal ambiente e incomunicación.
Ingredientes para el exilio interior del trabajador que no puede elegir cambiar de trabajo.
Y la injusticia sangrante de que existan dos clases de trabajadores: los que tienen contrato de empresa, indefinidos, con grandes ventajas y los demás, los subcontratados, los esclavos, sin derechos y con todas las obligaciones.

España nunca ha sido un buen país para trabajar, y ahora con la crísis, aún menos.
Sospecho que la venta de antidepresivos y relajantes habrá crecido, pues todos aquellos empleados que sufren a compañeros o condiciones tóxicas y temen ser despedidos si se toman la baja, tendrán que echar mano de esos medicamentos para aguantar tan tremendas circunstancias.

Ser tratados como números y robots, ha creado nuevas enfermedades laborales. Los sindicatos y el estado deberían tomarse en serio a estos cadáveres andantes que llenan las oficinas y los lugares de trabajo. Es la nueva esclavitud del siglo XXI. Ahora no sólo te roban tu salud, quieren tu alma.

*NOTA : Empresas tóxicas que he conocido =
-ASITUR S.A., Tres Cantos, Madrid
-HEDIMA FORMACIÓN, Madrid
-MAPFRE SEGUROS, Fuencarral, Madrid

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