Wikileaks o la sinceridad, así podría llamarse esta nueva era, esta DIPLOMACYGATE del siglo XXI. Resulta curioso como las cancillerías de las grandes potencias, sobretodo la de los EEUU, quieren matar al mensajero y no se deciden a explicar la razón de su cinismo e hipocresía. Estamos de acuerdo en que la política la hacen las personas, todo se basa en la confianza entre seres humanos, y una cosa es lo que los gobiernos dicen a sus opiniones públicas y otra, lo que hacen de verdad. Los intereses internacionales priman, las relaciones de fuerza, la economía, etc..
Pero lo que llama profundamente la atención es que entre aliados, todavía prime la desconfianza y la presión con malas formas. Es apasionante, porque la realidad supera con creces la más delirante de las ficciones, y ni Graham Greene ni Le Carré hubieran llegado a imaginar las tramas que tejen las relaciones internacionales.
Como en un capítulo de 24, donde los agentes del servicio secreto americano, junto a su cuerpo diplomático, (a ver si ahora Venezuela y Cuba van a tener razón cuando acusan a empresarios y turistas americanos de agentes de la CIA encubiertos), espían a miembros y jueces de países de Oriente Medio o Asia Menor, o establecen alianzas improbables con gente sin escrúpulos sólo para salvaguardar sus intereses estratégicos y comerciales. En realidad, nada nuevo bajo el sol desde los albores de la Guerra Fría, sólo que ahora EEUU se enfrenta a un mundo multipolar, donde ha perdido influencia y poder, y donde tiene que codearse con otras superpotencias incipientes, como China, India, Brasil, Irán, etc..
Los cables revelados por Wikileaks revelan los intentos por sobrevivir de una potencia en declive, que usa métodos antiguos para un mundo nuevo, que busca maneras de posicionarse en el Cáucaso, en Latinoamérica, y Asia, áreas donde el partido ya lo juegan otros.
Pero ojo, no todo lo que cuentan esos cables es negativo, hay preocupación por la corrupción en los gobiernos de Rusia, Francia y otros países. Hay sospechas de connivencia de los servicios secretos de Pakistán con terroristas y temor por el islamismo radical maquillado de Erdogan, primer ministro de Turquía. Es lógico que un país como Estados Unidos recabe información de casi todas las naciones del planeta. Pero lo que no puede ser aceptable es que EEUU quiera seguir dictando las reglas del juego para el resto del mundo, mientras las anula para sí mismo. No puede querer torpedear la aplicación de la justicia universal para sus militares, presionando a jueces y fiscales de otros países, como el nuestro. (Aunque más pecado tienen los sucesivos gobiernos españoles que han entregado nuestra soberanía de forma servil a los americanos).
Ese doble rasero aplicado por los Estados Unidos de América les deslegitima para seguir marcando el ritmo de las relaciones internacionales a su gusto, manipulándolos para que les sigamos en sus guerras del opio modernas.
Nuestras tropas no pueden unirse al ejército imperial norteamericano en esa OTAN neocolonial presente en Afganistán para defender unos intereses ajenos, a no ser que nos explicaran de forma transparente lo que en realidad, se está jugando allí España.
Parece que la alta política maneja sus hilos, alejados de la ciudadanía a la que dice representar, y hace caso omiso a la opinión pública antibelicista.
Creo que es momento de que Europa (sumida en su propia crisis) se repliegue en sí misma, solucione sus problemas económicos, sociales y de nacionalismo (visto en el egoísmo de Alemania sobretodo)y deje de ser el siervo de USA y sus intereses bastardos, pues en un mundo con muchas nuevas caras, donde la UE pierde influencia y liderazgo, nuestro continente debe forjar sus propias relaciones internacionales, propias de una nueva era, que no vaya a rebufo de prácticas antiguas y malsanas de una superpotencia americana en decadencia.
*Habría que darle el Premio Nóbel de la Paz a todos las gargantas profundas que han filtrado todos los documentos a Wikileaks, personas que trabajan dentro del sistema, que quieren regenerarlo, pues éste apesta.
*Felicitaciones a Willy Toledo, cuyas posturas no siempre comparto, por echarle un par esta mañana en el congreso de los diputados español y clamar por los derechos de los saharauis, y un corte de manga de mi parte a José Bono, facha del gobierno socialista, por ordenar detenerlo junto a otros activistas, extralimitándose en sus funciones.
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