Se nos dice que ETA es un grupo terrorista, de delincuentes y criminales asesinos a los que se le aplican las leyes como a cualquiera que se salte las normas.
Entonces, ¿por qué todos los gobiernos de nuestra democracia les han tratado como a un partido o grupo político? ¿Por qué cuenta lo que digan y declaren?
ETA es inteligente y lo sabe, por eso siempre va por delante con sus brazos políticos como Batasuna, Sortu o como quieran llamarse. El PSOE sobretodo, (aunque también el primer gobierno de Aznar) ha caído muchas veces en el error de hablar con ellos en una posición de igual a igual, creo que por la disfunción antigua de nuestra democracia, en la que el partido se identifica con el estado. PSOE-ESTADO Y PP-ESTADO han hablado con ETA en anteriores ocasiones como si los terroristas fuera también ETA-ESTADO (Vasco o euskaldún, como quieran llamarse). Nunca han exigido realmente la entrega de las armas ni la disolución de la banda. Les ha importado mucho más el rédito electoral del uso del trauma terrorista para manejar a la población. Recuerdo con vergüenza ajena el uso descarado y la manipulación mediática del PP-Estado de las víctimas de ETA y los atentados, al igual que me disgustan el uso interesado de la tregua y las negociaciones oscuras por parte del PSOE-ESTADO. ETA nunca ha salido de la agenda política en España, no se le ha tratado realmente como un problema de orden público. Antes mataban policías y militares, por lo que eran vistos como agentes represivos del estado, herederos del anterior régimen, y su muerte iba incluida en el sueldo. Después empezaron a matar políticos y gente normal, ahí todo cambió. Si anteriormente, el terrorismo era un elemento desestabilizador, otro más, en una transición democrática tambaleante, donde un PSOE-ESTADO todavía usaba métodos heredados de un sistema autoritario para enfrentarse en una guerra sucia a ETA, y de alguna manera, esto legitimaba a la banda terrorista. A partir de los 90 comenzaron a asesinar a cargos de partidos no nacionalistas (en su mayor parte), con lo cual, la víctima sólo se producía en una parte del espectro político democrático. Partidos nacionalistas pactaron con los brazos políticos de ETA, éstos entraron en las instituciones vascas con el privilegio de señalar y asesinar a los otros, a los de los partidos menos vascos. ETA entraba plenamente en política, y con mucho más poder que el que le otorgaban las urnas. Los nacionalistas les legitimaban y les daban la bienvenida como parte de ellos.
Mi teoría : En ese momento, el Estado español debería haberse retirado de la lucha política y militar contra todas las ramas de ETA, y haber dejado que el terrorismo se convirtiera en un asunto doméstico vasco, para que ellos tuvieran que lidiar con ello, incluso con una guerra civil a nivel regional. Ya que ETA iba a seguir asesinando a vascos para imponer sus sistema totalitario allí, quizá el resto de vascos de bien tendría que decidir si someterse o enfrentarse a sus paisanos dictatoriales y fascistas de ETA.
Pienso también que el Estado español ha sido tibio en muchas ocasiones con el problema de ETA, por un mal entendido complejo de no aparecer como represivo o autoritario, cuando se enfrentaban a un grave problema de fascismo en una región con el que no cabía tantos miramientos. Se ha dejado crecer la hidra, alimentada por un secesionismo nacionalista que les hacía el juego. Hubiese sido preferible haberles concedido la independencia, incluso con la oposición de muchos vascos, para que su gobierno autónomo se hubiera quedado con el problema.
Por suerte, en la actualidad, ETA está más debilitada que nunca, y lo único que cabe es continuar con los golpes policiales y la no legalización de sus brazos políticos, por lo que la negociación y la posible tregua no deberían entrar en el juego de los argumentos políticos de este país. Los votantes independentistas vascos ya tienen suficientes opciones como para darles cabida a partidos terroristas, que al igual que los de ultraderecha nazis, sólo desean aprovecharse del sistema democrático, para después, destruirlo.
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