Y lo más gracioso, sino fuera por lo patético del asunto, es que este gobierno está obsesionado con la imágen del país en el extranjero, como si fuésemos una dictadura tercermundista. Como si quisiéramos evitar parecer Grecia ó Siria. Cuando ocurrieron las violentas actuaciones de los policías antidisturbios en las manifestaciones de estudiantes en Valencia, el gobierno no paró de decir que vaya imágen negativa que se estaba dando en los medios, y que eso iba a repercutir en los mercados etc.. La dictadura de los mercados, nuestra calificación económica internacional, la mercantilización de la vida, la precarización del trabajador, del ser humano en este país. Soy andaluz y le tengo aprecio a España, pero si fuera catalán y vasco, en estos momentos, querría irme de esta nación, y pediría la celebración de un referéndum unilateral por la independencia, como el de Kosovo en su momento, para crear otro país distinto. Porque la degradación se intuye inmediata, y esto se debe saber fuera. La decadencia de la democracia española es evidente, y eso lo tienen que conocer los amigos foráneos. Es una cuestión de justicia social, no hay mejor patriotismo que éste.
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