25S, LA FASE 2-CRÓNICA DE UNA MANIFESTACIÓN

Recuerdo mi primera manifestación; estaba en el instituto de bachillerato y recorrimos los estudiantes las calles de Córdoba clamando contra la invasión de Panamá por parte de los americanos. Más tarde, en el 91, otra manifestación contra la primera guerra del Golfo. En el 2003, estuve cerca de la Plaza de Colón en Madrid en otra contra la Guerra de Irak y la participación de España en la ocupación de aquel país. Nunca me gustó seguir consignas ni cantar lemas que otros con un altavoz, entonaban a la masa. Y procuraba no participar en concentraciones ni manifestaciones promovidas por partidos políticos ni sindicatos, aunque en aquella del 2003, sabía muy bien qué partido se beneficiaba.
En Mayo del 2011 visité la Asamblea de Sol, un día después de la masiva concentración organizada por colectivos del 15M, Democracia Real Ya, etc.., y lo rememoro como un día histórico. En mi análisis personal, lo catalogo como LA FASE 1, la toma de conciencia y el despertar de parte de la población sobre el engaño colectivo producido por una falsa democracia. Viví la parte bonita, agradable y festiva. Desde casa, protegido, contemplé la cara negativa y peligrosa, la represión policial, los palos y la sangre.
                                          Foto : ColectivoSublet

25 de Septiembre del año 12, Paseo del Prado, Madrid.
Unos minutos antes de las 14 h., mi mujer y yo estuvimos recorriendo los alrededores de la Plaza de Neptuno, cerca del Congreso, viendo el ambiente. Un grupo de personas hacía fotos de la barrera de policías, que con el rostro serio, protegían la doble valla que blindaba el acceso a la calle. Un señor mayor con una buena cámara de video, contaba a quien quisiera escucharle, que en Grecia, la Marina se había unido al pueblo, y que en tiempos de la Transición, la Guardia Civil sí que daba palos. Un perroflauta madurito llamaba animales de granja a los policías, que indiferentes, charlaban entre ellos. Los medios de comunicación andaban colocando sus aparatos, subidos en plataformas, dirigiendo los objetivos hacia la solitaria Cámara del Pueblo, esta vez protegida y aislada de esos mismos ciudadanos a los que dice representar. Me parecía irreal y ofensiva esa red de abusiva seguridad alrededor de ese edificio vano y presuntuoso. Un jóven trajeado, con aspecto de recepcionista de hotel ó abogado, nos preguntó a qué hora era la concentración y por las calles cortadas por la policía. Le contestamos, pero nos pareció sospechosa su pinta y sus preguntas, aunque llegamos a la conclusión de que alguien de la Secreta no iría vestido así en aquellas circunstancias.
                                          Foto: C.S.

En un parquecillo cercano del Paseo del Prado, frente al Museo del mismo nombre, junto a puestos de tenderetes de regalos para turistas, se congregaban los manifestantes, llegados de muchas partes de España. Escuché acentos gallegos y catalanes, con banderas independentistas regionales. Algunos repartían hojas y folletos. Se mezclaban los anarquistas con los turistas despistados, y mientras, en ese ambiente relajado y pacífico, nos fuimos a comer a un restaurante Vips de la zona, como dos buenos burgueses poco anticapitalistas, donde quizá como castigo, tuvimos que soportar a dos representantes contemporáneas de la idiocracia dominante, dos maruijillas estúpidas y superficiales que nos dieron la comida. Salimos de allí y nos dirigimos por el Paseo del Prado en dirección a la Gran Vía. Contemplamos con una mezcla de ironía e indignación, lo protegida que estaba la Bolsa, con vallas y furgones de la policía, aunque no había ni un manifestante en los alrededores, y los uniformes paramilitares del cuerpo antidisturbios de la Policía Local de Madrid, con sus boinas de los años 80, cubriendo las cercanías del Palacio de las Comunicaciones, nuevo Ayuntamiento de Madrid, institución a la que nadie parecía importarle en ese momento. Y el Museo Naval, sólo con dos tristes guardias de seguridad en la puerta. Pensé : -¡Vamos a asaltarlo!. Era cómica la sensación de sentirse un delincuente peligroso, una amenaza para el órden establecido. Tanto cuerpo de seguridad pagado con nuestros impuestos, en teoría para evitar que posibles terroristas internos nos meemos en las vallas y les enseñemos el culo a Sus Señorías. Ellos eran los que nos provocaban con tanto agente en las calles. Nos criminalizaban con su presencia. Me ofendían, me daban ganas de ponerme un pasamontañas y cumplir con el papel que ya me habían asignado.
                                          Foto : C.S.

17:00 h. Plaza de España y Gran Vía, Madrid.
Después de visitar una librería-delicatessen de una conocida cadena barcelonesa, nos dirigimos hacia la Plaza de España, a tomarle el pulso a la concentración que esperaba su momento, para dirigirse al Congreso. Allí, unos voluntarios improvisados repartían pequeñas pancartas y carteles con un gran NO escrito, y nos dieron un par de ellos. Le comenté con cierta sorna a mi mujer si aquel NO significaba NO A TODO.. Aquello si parecía una concentración, con cientos, miles de personas, banderas regionales, de los anticapitalistas, muchos estudiantes y gente madura, cantos festivos y rostros pacíficos. En el mismo espacio, unas carpas con personal médico que hacían electrocardiogramas, tomas de tensión y daban consejos de salud cardiovascular en la Semana del Corazón. Estas cosas sólo pasan en Madrid : médicos, turistas, pijos y manifestantes mezclados en alegre algarabía..
                                          Foto: C.S.
Al poco, nos dimos cuenta de que aquello se movía. La barrera formada por "lecheras" de la Policía Nacional se colocaban en línea y creaban un carril a un lado de la Gran Vía para que los borreguitos dóciles pudiésemos desfilar sin ocasionar problemas a los demás viandantes. Era increíble. La gente mostraba su enfado y perplejidad ante tamaño exceso de seguridad. ¿Nos protegían a nosotros de los demás, ó se protegían ellos de nosotros? Como decía un lema de la manifestación : -No tengáis miedo de ellos, son ellos los que tienen miedo de nosotros. Le confesé a mi mujer que sentía miedo, no me fiaba nada de la policía, le pedí que nos situáramos en el lado más cercano a la acera derecha y a una posible via de escape hacia las calles adyacentes, por si aquello se complicaba. Ese temor no me abandonó durante toda la tarde. Pero el ambiente era festivo y alegre, aunque muchos rostros estaba serios. Había cierta tensión contenida. Minutos antes, había visto a un agente de la Nacional que pesaba en su mano la larga porra que llevaba al cinto, mientras le sonreía a un compañero. Parecían relajados.
                                          Foto : C.S.
La masa de gente subía a paso lento, y a veces, deteniéndose por la Gran Vía. Muchos hacían fotos desde los balcones y las ventanas de las oficinas. Los turistas nos miraban sorprendidos y lo grababan todo con sus Iphones. Nos salimos de la fila y nos fuimos hacia Neptuno.
                                          C.S.
18 h. De regreso a la Fuente de Neptuno, Paseo del Prado.
Miles de personas. Furgonetas de las televisiones, antenas parabólicas. Lecheras de la policía bloqueando las calles de acceso a las espaldas del Congreso. El museo Thyssen rodeado por agentes. Nos preguntamos si sería gratis la entrada. De vez en cuando, un clamor de silbidos y manos en alto se contagiaba entre los manifestantes, pero no sabíamos por qué ocurría. Yo pensaba :-Muy bien, ya estamos aquí. Y ahora, ¿qué?.
Analizaba la situación y le comentaba a mi mujer, que lo lógico sería que una vez llegados allí, a algún grupo de manifestantes se le ocurriría tirar las vallas, saltarlas y esquivar a la policía, para llegar corriendo a las escaleras del Congreso y hacer algo, sabiendo que iban a ser detenidos, pero por lo menos el acto simbólico y la foto ya estaría hecha. A nuestro alrededor, un grupito coreaba como si estuviera en una fiesta de fín de curso y la gente levantaba las manos. Había muy buen rollo aparente, pero yo seguía temiendo que pasara algo. Y ahora, ¿qué?.
Nos fuimos de allí hacia el metro Banco de España.
                                          C.S.
19:00 h. Banco de España. Gran Vía.
La numerosa corriente que procedía de Gran Vía, estaba llegando ya a la esquina con el Banco de España y el Paseo del Prado. Más festiva y alegre que nunca, más pacífica. Un chaval grafiteaba un lema cierto en la fachada de aquella institución financiera : DEUDA=ESCLAVITUD
Un chaval de rasgos orientales se reía con ganas al escuchar la cancioncilla graciosa que decía : -¡La Botella al contenedor!, refiriéndose a la alcaldesa de Madrid.
No podíamos imaginar en aquel momento, que ya se estaban produciendo episodios de violencia en los alrededores de Neptuno. Bajamos al metro y nos fuimos, cansados y contentos.
                                          C.S.
21:00 h. En el coche, en mi casa. La radio, la tele, internet, twitter, los periódicos digitales.
Parece que la realidad es más verdadera cuando te la cuentan en los medios, aunque todos sabemos que es al contrario, más falsa. La radio y la tele ya hablaban de heridos, de violencia, de altercados, de ensangrentados, de porrazos. Antes, al mediodía, Cristina Cifuentes, esa peligrosa tertuliana teledirigida, reconvertida en Delegada del Gobierno hooligan, intentaba matizar sus palabras anteriores en la Cadena Ser, y decía que no, que no es que todos los manifestantes fueran neonazis ni golpistas, que sabía que en su mayoría eran pacíficos, sólo que podría haber elementos de la ultraderecha detrás..etc.. Bueno, ésta como la Cospedal, es otra que lanza la piedra inflamando y agitando a sus huestes radicales, y después, esconde la mano, cuando el mal ya está hecho.
Pero por la noche, en twitter se hablaba de que infiltrados ajenos a los manifestantes, la estaban liando arrojando vallas a la policía, e incluso, ayudando a ésta a detener a activistas pacíficos. Todo muy confuso. Después, imágenes de personas ensangrentadas, de un abuelo arrastrado por un antidisturbios, de cabeceras de la BBC o del New York Times, de Telemadrid dando su opinión malrollista y manipulada de siempre, de las Noticias de la 2 tratando de dar una información veraz al principio, pero después, sesgada. Me extraña que no hayan echado a Mara Torres, es sospechoso que haya cedido al chantaje.
En el Parlamento el director de RTVE había dado burdas excusas sobre la expulsión de Ana Pastor y Juan José Lucas de la radiotelevisión pública. Y en Nueva York, el Rey y el Presidente del Gobierno, intentando vender la marca España al mundo como si no fuésemos ya un país de chufla y pandereta, mientras Artur Mas, inflamado de mesianismo pseudo-independentista, está decidido a pasar a la historia convocando nuevas elecciones en Cataluña. LA FASE 2 : Acción, destrucción y desmembramiento.

*Mientras hacía fotos por el mediodía en Neptuno, perpejo ante el doble cordón de seguridad en el Parlamento del Pueblo, tenía la seguridad de que aquella protesta no iba a cambiar mucho las cosas, aunque iba a ser el principio de algo. Tenía la certeza de que los únicos capaces de derribar gobiernos son los poderes económicos, los mercados y Bruselas, ó Berlín, Pekín, me da igual. Y que nosotros éramos actores de algo que en realidad, se nos escapaba. Me sentía bien por participar en parte en aquello, pero tenía claro que no deseaba recibir un porrazo por estar allí. Disfrutaba el deseo colectivo de salir corriendo, entrar en el Congreso, coger del brazo a algún diputado y llevarle a alguna asamblea popular del 15M, o frente a la masa, para decirle :-Escúchalos, o llévales al Parlamento y que expliquen sus argumentos, sus razones. ¿Tan difícil es, tanto miedo os damos?. ¿Por qué el Rey ó Rajoy se van a la ONU ó a EEUU a que les escuche Obama y no salen al Paseo del Prado a escuchar a su pueblo? ¿Qué está pasando?
Me parece un síntoma de debilidad, el penúltimo coleteo de un régimen agonizante.
La Idiocracia durará aún mucho tiempo, pero no sé si resistirá en el caos.
¿Será este el comienzo de la FASE 3?

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