Sé que es una verdad de Perogrullo, una obviedad, una simpleza. Pero sospecho que por eso mismo, nadie se plantea seriamente un cambio de modelo industrial, además de por la razón más importante, los costes serían elevadísimos.
Me explico. Muchas veces me he preguntado por qué con esta tecnología digital y electrónica avanzadísima, aún tenemos vehículos que se mueven a base de motores de explosión, algo a mi entender, bastante antiguo y atrasado. Cómo puede ser que todavía dependamos de combustibles fósiles cuya explotación está en cuatro manos que deciden los precios y que coartan nuestra libertad de movimiento. No me entra en la cabeza que haya guerras promovidas por la obtención de crudo, y que existan países que chantajean a otros porque éstos dependen energéticamente de aquellos. ¿Acaso vivimos en el siglo XIX? ¿Cómo puede ser que aún permanezcamos en los albores de la revolución industrial?. Sé que hay gobiernos que ya investigan nuevas fuentes de energía más limpia, pero deben existir intereses muy poderosos y asesinos que no dejan avanzar en la consecución del cambio de modelo industrial y económico.
El planeta necesita respirar y quitarse de encima toda esta polución que en apenas dos siglos hemos creado. Pienso que las reivindicaciones ecologistas deberían profundizar en esto, caminar de la mano con los científicos e ingenieros para investigar nuevas formas de energía limpia. Se contribuiría a paliar el hambre, el cambio climático y a fomentar la paz mundial, si los Verdes ayudaran a cambiar este modelo enfermo y contaminante. La utopía está en las fábricas y en la industria. Los ecologistas deben buscar aliados en las empresas y en el capital saneado y responsable para investigar fuentes de energía alternativas, porque otro mundo es posible de verdad. La lucha será intensa y complicada, porque los obstáculos serán enormes, políticos y financieros. Pero las catástrofes naturales futuras nos harán darnos cuenta de lo urgente que será tomar medidas para hacerlo.
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