CONTRA EL HABLA ANDALUZA


Parece la historia interminable. A cuento de lo más inesperado surge de vez en cuando ese latigazo de prejuicios y desconsideración que la parte más rancia de la derecha española tiene sobre Andalucía. En esta ocasión, a raíz de una legítima, discutible o no, crítica política, la diputada del PP catalán Montserrat Nebrera acude al lenguaje andaluz como coartada para el desprecio o la ridiculización. La ministra de Fomento tiene, en su opinión, un tono de chiste y parece que le resulta imposible entender el habla de los cordobeses. Se acumulan en la memoria ejemplos de parecida índole, en los que los más dispares representantes de esa singular derecha se desahogan con insólita ligereza contra la educación de los niños andaluces, la condición laboral de los mayores o el rasgo cultural que más a mano les venga. Es evidente que no ofende quien quiere, sino quien puede, y está claro que esta señora diputada no puede ofender sino a su propia dignidad política. Pero más allá de esta consideración, existe una lectura interna que afecta al PP andaluz y a sus dirigentes que son los que, pese a su esfuerzo por renovar permanentemente la imagen y los comportamientos del partido en esta tierra, tienen que seguir lavando todavía los trapos sucios que sus compañeros vuelcan sobre ella. Es hora de que Arenas exija a los militantes populares del resto de España el respeto que Andalucía merece en todos su ámbitos. Será por el bien de todos, empezando por el del propio PP andaluz.

Artículo de Opinión Anónimo en el Diario Córdoba, 11/01/09

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