PARTITOCRACIA BANANERA

España es una democracia de partidos bananera, sin una separación real entre poderes. Clama al cielo el intervencionismo del gobierno de la nación de turno en el poder judicial, y lo más fuerte, que hasta los presidentes de algunas comunidades autónomas, dicten lo que hay que hacer y decir a jueces amigos. Como el popular Camps al señor aquel del Consejo General del Poder Judicial que insinuó que Garzón podía haber prevaricado. Y todo por salvar su propio culo de la quema por presuntos asuntos de corrupción, aunque sea, llevándose por delante el prestigio de las instituciones. El poder de los partidos parece que está por encima de todo, incluso de la democracia. Son los que mandan y poco puede hacerse, o entras en sus trincheras para regenerar el sistema, o te sales del mismo sistema e intentas luchar como un grupo populista de extrema derecha, extrema izquierda, violento o pacifista. No nos dejan otra forma de participar en esta democracia escasa y de mala calidad.

Comentarios