IMPUESTOS Y TASAS


Ya sabemos que pagar no le gusta a nadie, pero quiero reflexionar sobre el poco sentido del bien común y de servicio a la comunidad que tenemos en España. Las señoras adineradas que suelen venir al servicio técnico donde trabajo, siempre se quejan del ticket del aparcamiento público, las multas por excederse del tiempo etc.., y no se dan cuenta de que podrían utilizar el transporte público, y no me refiero sólo a taxis. Comprendo que muchas son mayores y que les cuesta trasladar sus aspiradores y por eso utilizan el coche privado, pero si pagan por servicios innecesarios, ¿por qué les cuesta tanto pagar por aparcar en sus lujosos y céntricos barrios?. No les falta el dinero. De todas formas, aunque no lo tuvieran; casi todas las ciudades europeas penalizan el tráfico del vehículo privado por el centro y fomentan el transporte público. Aquí parece que no hay esa mentalidad de lo comunitario. Los ayuntamientos se financian con los impuestos (y con la recalificación de terrenos, pero esa es otra historia), que nos recojan las basuras cada noche hay que pagarlo, y el mantenimiento del acerado, etc.. El gratis total no existe, lo único que cambia es la forma de pagarlo, directamente en la compra del servicio, o sacado de la nómina.


He oido tantas veces, demasiadas, ese argumento egoísta e insolidario que plantea la opción del ciudadano de no pagar la seguridad social si se acoge a un seguro médico privado, como si fuera descartable. No saben, o no quieren saber, que no están pagando un servicio médico sólo para ellos, en función del uso sanitario en hospitales públicos que hagan a nivel personal, sino que están manteniendo el sistema de pensiones públicas, la sanidad pública etc.. Ese nulo sentido de comunidad, de ciudadanía que hay en este país, quizá fomentado por una radical falta de pedagogía en los albores de nuestra limitada democracia, es un rasgo típico del que tiene dinero aquí. Si yo fuera dirigente de cualquiera de los partidos de izquierda que existen, haría una gran campaña publicitando las bondades de nuestro sistema público de sanidad y educación, y les inyectaría más dinero y personal. Creería en el valor de lo público y lo tomaría como un rasgo diferencial de la personalidad y el programa del partido. Si tienes dinero, si lo has conseguido gracias a nuestro sistema, devuelve algo a la sociedad y no séas desagradecido ni miserable. Porque el estado puede amenazarte con intervenir en tus posesiones y ganancias, y quitártelas. Yo creería en un Estado así, fuerte y autoritario con los ricos. Es la única manera de repartir la riqueza a estas alturas de la película. Después vendrá la pedagogía y el adoctrinamiento, porque yo creo en el buen adoctrinamiento, en saber vender la ideología del sistema, como bien han sabido hacer los norteamericanos durante siglos con el suyo. GOD BLESS AMERICA.


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