RICARDO COSTA, MI HÉROE

Ese pijazo desencajado, muñeco sacado de sus costuras, que se quedó colgado de un tripi o de una raya y nunca más volvió, es uno de mis héroes cotidianos. Quiso ser aún más pijo, quiso tener más poder, pero acabó cayendo en desgracia en estos tiempos de crísis. No puedes aparentar, no puedes dártelas de prepotente, no es políticamente correcto en nuestro partido con una nueva doctrina social, más cercana al obrero. Las corruptelas de los viejos tiempos del pelotazo acabaron, ahora somos sobrios, ahorradores, vamos a comprar al supermercado más barato y nos codeamos con las chachas. Quiso que Mariano Rajoy se mojara a su favor, y bien que éste se mojó. Pijo caido en desgracia, tienes un lugar en mi olimpo de perdedores.

Comentarios

anais-abel ha dicho que…
y todos son felices hasta los calvos como dijo su compañero de cama y de rayas, francisco camps.