NACIONALISMO ECONÓMICO ALEMÁN EN OPEL



Le ha salido el tiro por la culata al gobierno de Merkel. Sobornando con ayudas públicas a Magna, pensaban que se iban a respetar a las plantas alemanas de Opel, contra la opinión general de la Unión Europea, que veía en esto una situación de privilegio de Alemania con respecto al resto de países europeos con presencia de fábricas de Opel. Además de una amistad peligrosa de las élites políticas alemanas con los intereses rusos, accionistas importantes de la canadiense Magna. Parece que todos estos planes se han visto frustrados ante la negativa de General Motors de vender Opel al final.
Escribiendo esta reseña, quiero reflexionar acerca del nacionalismo económico en un teórico libre mercado europeo. A la hora de la verdad, en tiempos de crísis, los gobiernos son igual o más intervencionistas en un sistema capitalista que en otro socialista, y al final, lo que priman son los intereses estratégicos de los estados-naciones, sea para evitar un estallido social grave producido por el paro, o para mantener los privilegios de los lobbies económicos locales o internacionales.
Esta situación es típica de un estado aún bastante nacionalista como Alemania, a pesar de las lecciones aprendidas en la Segunda Guerra Mundial, pero tampoco es algo que no harían Francia o incluso Reino Unido. Alemania está tomando posiciones en el tablero del mercado de Europa del Este y Rusia, y quizá esto perjudique a otros estados europeos occidentales. En el fondo, por mucho mercado común, sigue siendo un juego de potencias rivales. Quizá debamos acercarnos más a Estados Unidos y Latinoamérica para que se equilibre la balanza, pues se ve que la UE, pos sí misma, no es capaz de crear una alternativa unida y sólida a nuvos competidores globales como Rusia y China. Aunque los EEUU siguen teniendo intereses bastardos militares en avisperos como Afganistán que no deberíamos seguir ni apoyar por mucho que esté en el poder Obama, son nuestros aliados menos perjudiciales en el tablero económico. Por lo menos, a nivel de UE. Como España, como pequeño estado-nación, al ser un mercado muy abierto y poco proteccionista, ya tenemos muchas empresas alemanas, francesas y británicas en nuestro suelo. Es nuestro mercado más directo, pero en el caso de Opel, que los americanos sigan mandando, nos beneficia.
Una medida radical y eficaz, por lo menos en un principio, sería que el estado español le comprara las plantas de Opel a GM para nacionalizarlas y fabricar un coche propio, o reconvertirla en otro sector más acorde con los tiempos, más ecológico y de I+D. Aprender de los americanos y defender lo nuestro. Ya sé que sería nacionalismo y proteccionismo, es cierto. ¿Pero qué es lo que nos están enseñando las grandes economías occidentales? ¿Vamos a ser más liberales que ellos?

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