Las Crisis y la voluntad de Poder para el Eterno Retorno de lo mismo (Respuesta de GPM)


/GPM/_ respondió:

Sr. Santiago León:

Valoramos y agradecemos su tiempo para participar en el debate generado a raíz de nuestro trabajo sobre el movimiento filosófico llamado postmoderno. Y lo valoramos tanto por su esfuerzo de comprensión, como porque su intervención nos ha sugerido la necesidad de informarle y difundir el siguiente comentario.

*1) *La consecuencia política que es necesario sacar como resultado del desarrollo de la fuerza productiva del trabajo social bajo el capitalismo, no es que sobra población asalariada, como así lo parece; lo en realidad y verdad sobra, es la burguesía, o sea, la categoría social minoritaria del burgués como criatura del sistema de vida capitalista, que todavía domina ideológica y políticamente sobre la mayoría explotada; sobra su actividad y su vida entera como clase propietaria de los medios de producción. Lo que hay que hacer, pues, con esta minoría social es expropiarle de lo que le permite mandar despóticamente sobre el trabajo, sin título humano alguno que le acredite para tal función. Pero no para repetir la historia reemplazándole por otra minoría de burócratas estatales —categoría política que también debe desaparecer como tal— sino para que quienes dirijan el quehacer en los distintos ámbitos de la sociedad con mayor o menor responsabilidad, sean quienes se lo ganen a pulso demostrando ser los mejores en cómo hacer mejor lo que las mayorías democráticamente consideren necesario hacer y decidan ponerlo bajo su dirección para que con el esfuerzo de todos sea posible, sometiéndoles al control periódico y, si cabe, destituirlos en cualquier momento. Como se resolvió por primera vez en la “Comuna de París”

*2) *Si ahora mismo no hay más paro en España, es porque un 30% de la riqueza del país es producto de la economía sumergida, es decir, por pequeños y medianos patronos que no aportan lo que debieran a la Seguridad Social ni a la Hacienda Pública, empleando asalariados en negro para pagar sueldos por debajo del convenio mientras el Estado mira para otro lado. Y cuando hablamos del Estado incluimos a los sindicatos, que están más estatizados que la emisión de moneda fiduciaria. Esta es la forma preventiva de dividir políticamente a los explotados y debilitarles para quitar presión sobre los sindicatos y así evitar un estallido social de dimensiones peligrosas. ¿Si en vez de una “racionalización radical” de FT (fuerza de trabajo) —abaratando el despido y aumentando el paro provocando la desvalorización general de los salarios— qué pasaría si racionalizamos radicalmente a la minoría social de los patronos, confiscándoles sin compensación sus MP (medios de producción)? De este otro modo, buena parte del plusvalor apropiado por esa minoría social burguesa para su fondo personal y/o familiar de consumo, puede ir a engrosar un fondo salarial que permita reducir la jornada laboral repartiendo el tiempo de trabajo colectivo necesario entre todos los asalariados disponibles, haciendo desaparecer el paro sin menoscabo de MP/FT, es decir, de la productividad, ni de S/P o poder adquisitivo de los salarios. ¿Puede haber racionalidad democracia más completa o menos imperfecta posible que ésta, estimado Santiago?

*3) *UD. lo ha dicho y nosotros no podemos expresarlo más claramente: “la excesiva rotación de personal (entre empleados y desempleados en un régimen de trabajo precario) no beneficia a la calidad de la producción ni mejora la riqueza de una nación. La clase empresarial quiere aprovechar la crisis para acelerar las reformas que ellos vienen intentando hacer desde hace años en el mercado laboral español.” Lo entre paréntesis nuestro)

*4) *Y nosotros discrepamos con eso de que en el “exceso de población” y el “injusto reparto de los recursos” tenga algo que ver el supuesto defecto de la especie humana, como si fuera una maldición bíblica. Ese fenómeno de la modernidad es una enfermedad genética de la burguesía, históricamente mortal de necesidad para ella, producida por la originaria conversión de la fuerza de trabajo en mercancía, apoyada en el prejuicio de que todos los individuos somos iguales por el hecho de intercambiar cada uno lo que es suyo por otro equivalente, lo cual ha dividido la sociedad entre propietarios de los medios de producción y propietarios de su fuerza de trabajo, permitiendo a los primeros apropiarse de crecientes magnitudes de trabajo ajeno bajo la forma de plusvalor para los fines de la acumulación, de lo cual resulta lógicamente el relativo exceso de población asalariada (relativo al capital acumulado también en exceso) y el consecuente desigual reparto de la riqueza. Es decir, que de una IGUALDAD FORMAL originaria del capitalismo, resulta una DESIGUALDAD REAL equivalente a la diferencia entre el tiempo de trabajo de la jornada de labor colectiva y el tiempo en el que, dentro de ella, los asalariados crean el valor de su propia fuerza de trabajo o salario. He aquí el truco del almendruco. Por tanto, los asalariados conscientes de su propia situación saben que el “exceso de población” y el “injusto reparto de los recursos”, es producto del sistema capitalista y no de un supuesto defecto congénito de nuestra especie animal.

*5) *“En los países que aplicaron el socialismo científico con mejor o peor acierto, se consiguieron diferentes variantes del capitalismo de estado, intentando eliminar las diferentes clases sociales y unificándolas en una sola, el proletariado, con una casta superior, los miembros dirigentes del partido único, que disfrutaban de un mejor nivel de vida que sus súbditos”, ha dicho UD.* *Respecto de las “distintas variantes del capitalismo de Estado”, cabe aclarar que el SOCIALISMO CIENTÍFICO solo se comprometió políticamente con el Capitalismo de Estado vigente durante la revolución proletaria tal como existió en Rusia entre 1917 y 1924, a instancias de los Soviets y bajo la dirección del proletariado revolucionario en alianza con el campesinado pobre autosuficiente o no explotador de trabajo ajeno. Aunque en esos años el Estado fue de naturaleza obrera, la economía política de aquella sociedad fue parcialmente capitalista porque, dado el atraso relativo de entonces en aquel país, la Revolución debió tácticamente dejar subsistir a los pequeños y medianos explotadores de trabajo ajeno en la ciudad y el campo, con el objetivo estratégico de que fueran pacíficamente absorbidos por la gran factoría industrial y agraria de desarrollo superior ya socializada en el Estado, a instancias de la propia ley del valor modificada en el mercado por la oferta y la demanda. Tras la muerte de Lenin, la burocracia ya enquistada en el PCURSS dio un golpe de Estado para invertir los términos de la correlación de fuerzas en el ejercicio del poder soviético hasta entonces, gestando una alianza estratégica con la pequeña y mediana burguesía rural subsistente en los koljoses (granjas colectivas en régimen cooperativo), en perjuicio político del proletariado y los pequeños campesinos autosuficientes. Este nuevo tipo de Capitalismo de Estado pequeñoburgués, se vino ensayando en numerosos países capitalistas subdesarrollados y de desarrollo medio, el cual proliferó desde la década de los años 50 hasta fines de los 80, en lucha nacional e internacional por “frenar” el avance del capital multinacional. La distinción entre estas dos variantes del capitalismo de Estado es muy necesaria, porque para los marxistas, la táctica del comunismo no pasa por “frenar este sistema capitalista…”* *imponiendo “…fiscalizaciones más duras a las clases dirigentes con mayor poder económico que frene el consumo abusivo que propicia mayor explotación de los trabajadores que tienen que producir esos bienes de consumo”, como UD. opina*. *Para nosotros no se trata de frenar el despliegue de la lógica capitalista —algo, por otra parte históricamente imposible bajo un régimen de propiedad privada sobre los medios de producción, como esta siendo demostrado— sino de que se acelere el progreso de la fuerza productiva del trabajo en el conjunto del sistema. Porque cuanto más rápido se desarrollen las fuerzas productivas al interior de la sociedad capitalista mundial, mayor será la masa de capital que llegue en menos tiempo a no ser compensada por su tasa de provecho, por tanto, mayores serán las dificultades de la burguesía para superar sus crisis periódicas cada vez más frecuentes.

*6) *Ciertamente que bajo el capitalismo se verifica una correlación muy fuerte cada vez más acusada entre el “consumo abusivo” de los grandes capitalistas y la superexplotación a que son sometidos los asalariados. Pero no es el consumo abusivo lo que suscita la superexplotación del trabajo, sino al revés. Y esto tampoco significa que la motivación económica *_fundamental_* de los burgueses sea el mayor consumo, como UD. lo sugiere. Porque el capitalismo no está esencialmente organizado para la producción de riqueza con arreglo al consumo suntuoso, tal como fue ése el cometido de los señores feudales, sino para la producción de valor; y no solo de valor sino principalmente de plusvalor para los fines de la acumulación. Lo que suscita la creciente explotación del trabajo asalariado, por tanto, no es el consumo abusivo de los magnates capitalistas, sino la competencia entre ellos que les induce a un mayor desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, lo cual determina que el TIEMPO de la jornada de labor colectiva en que los asalariados crean el EQUIVALENTE en mercancías y servicios para reproducir su fuerza de trabajo —en las condiciones más óptimas de seguir INCREMENTANDO ganancia para sus patronos—, SE REDUCE CADA VEZ MÁS; en la misma magnitud que —por efecto de la tecnología incorporada a sus medios de trabajo— aumenta la parte de esa jornada en que los asalariados dejan de trabajar para sí mismos y pasan a gastar sus energías trabajando en producir más plusvalor para sus patronos. Y como UD. comprenderá, este principio activo de la burguesía ACERCA EL HORIZONTE del derrumbe capitalista. Porque, insistimos: según progresa la fuerza productiva del trabajo, el capital va reduciendo la parte de la jornada colectiva de labor en que los asalariados producen el equivalente a sus salarios, y que todavía no ha sido convertida en plusvalor.

*7) *También es cierto lo que UD. dice, en cuanto a que si disminuye el consumo la producción se retrae. Pero aquí, para explicar las crisis, UD. procede como los teóricos subconsumistas, que invierten los términos de la relación causa-efecto. Porque la retracción del consumo se verifica no antes sino después que ha estallado la crisis en el aparato productivo del sistema. Antes del estallido, el consumo final está en su momento de mayor expansión en trance de agotar los stocks acumulados todavía existentes, mientras el capital productivo adicional, convertido en dinero por su equivalente en mercancías ya vendidas, no vuelve a invertirse productivamente y huye hacia los mercados especulativos bajo la forma de capital ficticio. Y aquí, en la especulación, el capital ya no se comporta ni arriesga como en la economía real, donde todos los burgueses ganan, aunque unos más que otros según la masa de capital empleado en el común negocio de explotar trabajo ajeno; en la especulación, lo que unos ganan equivale a lo que pierden otros; y lo que arriesgan no es la ganancia sino el capital. ¿Por qué, entonces, el capital acude a los mercados especulativos huyendo de la producción de riqueza? Porque la Tasa de Ganancia en la esfera productiva del capital ha descendido hasta dejar la inversión de plusvalor adicional sin justificación desde el punto de vista del leitmotiv del capitalismo, que es la GANANCIA CRECIENTE. Marx dice que las crisis de superproducción de capital se manifiestan cuando un capital incrementado produce la misma masa de ganancia o menos que antes de su incremento. Y este fenómeno viene determinado por la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa General de Ganancia. Por tanto, la disminución brusca del consumo se verifica después y no antes de la crisis, como consecuencia de la acusada desinversión del capital productivo adicional ya realizado que así es desviado hacia la especulación. Y el efecto combinado de de ambas causas desemboca en el paro laboral. De aquí la importancia decisiva que Marx atribuyó a la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia. El desarrollo sistemático de esta idea, aparece ya en sus /"Grundrisse" /(fundamentos)/,/ donde Marx da a entender que la Ley de la caída tendencial de la Tasa de Ganancia, es la conclusión más importante de toda su obra:

“...es, en todo respec­to —dice— la ley más importante de la moderna economía políti­ca..... que pese a su simplicidad, hasta ahora nunca ha sido comprendida y, menos aún, explicada "...Es, desde el punto de vista histórico la ley más importante..” (K.Marx: /"Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política"/ (Grundrisse) l857/l858 Ed.Siglo XXI-México /l977 Pp. 634. Subrayado nuestro).

*8) *Es incierto, pues, que “…el capitalismo y el socialismo se encuentran igualmente anticuados y desfasados, porque son dos caras del mismo problema”, como UD. sostiene. La prueba de que la causa que limita el desarrollo de las fuerzas productivas no es el socialismo sino el capitalismo, se verifica no solo en las crisis de superproducción de capital, cuando de forma brusca el progreso de la acumulación se interrumpe violentamente y el aparato productivo se ralentiza dejando en el paro y la indigencia a miles de millones de asalariados en el Mundo, provocando dolorosas desgracias que comprometen a gran parte de la población mundial, no solo a causa de las crisis, sino de las subsecuentes guerras devastadoras de vida humana y riqueza creada, que el capitalismo necesita para reanudar la acumulación. Hay otra prueba concluyente que desvirtúa el infundio canallesco que la burguesía ha conseguido introyectar en la conciencia de los explotados. Y es que para generalizar una mejora técnica en el aparato productivo —de cualquier tipo de sociedad— que disminuya el tiempo de trabajo socialmente necesario, su coste o amortización debe ser menor que el de la mano de obra que reemplaza. Y el caso es que, bajo el capitalismo, este coste en mano de obra no se calcula en base a la JORNADA DE LEBOR ENTERA sino en base a la PARTE PAGA (salarios) de esa jornada. Parte que, como hemos visto, según progresa la tecnología incorporada a los medios de trabajo, se reduce, disminuyendo así, cada vez más, la magnitud de valor creado en ella susceptible de convertirse en plusvalor. De este modo, el capitalismo pone límites cada vez más formidables al progreso técnico, económico y social, lo cual demuestra que lejos de ser un sistema de vida progresivo y eterno, es cada vez más retrógrado y, por tanto, históricamente transitorio. Bajo el socialismo, en cambio, la base para calcular el coste del progreso tecnológico incorporado a los medios de trabajo —respecto del coste del trabajo vivo que sustituye— deja de ser la parte paga de la jornada colectiva de labor pasando a ser la jornada entera, lo cual permite un mayor y más acelerado desarrollo tecnológico que no se traduce en paro, sino en una progresiva reducción de la jornada de labor, menores costes unitarios de los productos, mayor nivel de vida por el más alto poder adquisitivo de los salarios y más tiempo libre. Esto supondría sustituir la competencia por la colaboración, poniendo la humanidad a un solo paso de acabar con el desarrollo internacional desigual. Por tanto, el límite del socialismo no está en la realidad económica del capitalismo actual, sino en el retraso histórico de la conciencia colectiva por parte de los explotados, en el desconocimiento respecto de su propia realidad bajo el capitalismo y, por contraste, de las enormes posibilidades del socialismo para la humanidad. Los límites del socialismo están todavía en la contradicción no resuelta entre las dificultades crecientes de la burguesía por sobrevivirse a sí misma —que empujan al proletariado a dar ese salto histórico hacia su emancipación— y su centenaria conciencia de clase subalterna que le tira para atrás. Por eso Marx dice que, al dar ese paso, el proletariado pondrá término a la prehistoria de la humanidad para que comience a protagonizar no ya como clase social, sino como especie humana, su propia historia.**

*9) *Finalmente, decirle que si presta suficiente atención desprejuiciada a lo dicho por Marx —a través nuestro en este escrito— verá por sí mismo que la tendencia histórica objetiva del capitalismo, va precisamente en dirección de lo que UD. ha barruntado en su último párrafo. Pero no como una utopía, sino como una previsión teórica científica cuya NECESIDAD OBJETIVA tendente a ser realizada, está HISTÓRICAMENTE DETERMINADA por la propia NATURALEZA DEL SISTEMA, es decir por la contradicción entre el desarrollo de la fuerza productiva del trabajo —inducida por la competencia inercapitalista— y el límite histórico que supone a ese desarrollo el propio sistema de explotación basado en el trabajo asalariado, esto es, en la reducción hasta el límite = 0 de la gallina de los huevos de oro que viene a ser el tiempo de trabajo equivalente al salario relativo, hace ya mucho convertido en una traba al progreso técnico y humano. Y que superar ese obstáculo es la CONDICIÓN NECESARIA del socialismo. Solo a falta de que alguna vez, el proletariado comprenda esta razón tan sencilla y cumpla la CONDICIÓN SUFICIENTE demostrando ser capaz de hacer definitivamente posible lo históricamente necesario. Y que esa posibilidad todavía abstracta se convierta en efectivamente real, en no irrisoria medida depende de quienes todavía hoy, no podemos impedir, incluido UD., que los agentes ideológicos a sueldo y prebendas de la burguesía, consigan seguir haciéndonos pasar por unos utópicos:**

*<> *(K. Marx: /“El 18 Brumario de Luis Bonaparte”/ Cap. I)

Un saludo: /GPM/

Comentarios

Juan Eme ha dicho que…
Veo que perduran las limitaciones mentales de ciertos marxistas que siguen con su dialéctica de guerra, burguesía versus proletariado, "agentes infiltrados a sueldo de la gran burguesía", etc..para hacer las divisiones sangrantes entre ellos y nosotros, como si tuvieran la verdad cuasi religiosa y absoluta del socialismo-iglesia.
A ver, ¿no nos hemos enterado aún que cualquier proceso revolucionario implica el derramamiento de sangre? ¿creen que la burguesía va a dejar pacíficamente que se le arrebate su riqueza para repartirla entre los asalariados y parados?¿quién determina lo que debe poseer uno?¿el partido, la nomenklatura? ¿no recuerdan todos aquellos grupos de izquierda maoísta leninista alemanes, italianos y españoles que en los setenta se convirtieron en organizaciones terroristas y acabaron muertos o en la cárcel? esta es historia antigua. la desigualdad y la injusticia no están superadas, pero no se puede llegar a la gente con esa retórica del siglo XIX, porque proletariado hay ya poco, lo que somos ahora se llama empleados asalariados en el sector servicios, parados e inmigrantes. hay sindicatos inoperantes, un gran empresariado vago y canalla, etc.. las bases ya están creadas, pero no se aplican eficazmente. en vez de convertiros en teólogos teóricos, en sanedrín de intérpretes ortodoxos de la obra de Marx, ¿por qué no la aplicáis y salís a la calle a defenderla? ¿o por qué no ponéis bombas como en los 70?¿Por ejemplo en el despacho de Díaz Ferrán?