Funcionarios "liberales" del PP

Parece que a los ricos y a los de la élite política haya que perdonárselo y comprendérselo todo. A la pobrecita Esperanza Aguirre, que a los 61 años se pase a la empresa privada después de estar toda la vida de funcionaria (manda huevos) y cargo público etc..ó que el antiguo consejero Güemes dimita de ejecutivo de una empresa sanitaria privada (por ética personal, ja ja, me lo creo; si no llega a ser por la presión periodística y popular, este tío habría seguido allí) para, según él, defender sus ideales de que lo público y lo privado deben colaborar e intercambiarse. Con ese rostro impresionante que tienen los señoritos, ahora pretenden hacer apología de la "puerta giratoria". Y encima, solicitan comprensión. La señora Aguirre dice con su demagógico y populista retintín que " a ver si ahora hay que ser funcionario para entrar en política"..y lo dice una "funcionaria" en excedencia que podría dejar definitivamente su plaza para que la aproveche alguien que la necesite más. Leo un reportaje sobre los famosos hermanos Nadal, secretarios de estado. Típicos opositores de clase media madrileña que se ganaron su plaza a funcionarios, y "liberales irredentos", del PP de toda la vida. Gente, como Soraya Sáenz de Santamaría, Abogada del Estado. Rajoy, registrador de la propiedad, etc.. Todos funcionarios. Y casi todos, "liberales" que quieren adelgazar el Estado o simplemente desintegrarlo, cuando toda su existencia han mamado de ese estado. Mucha cara, durísima. Si quieren irse a la empresa privada, defenderla y gestionarla, que se vayan de verdad, y dejen sus plazas. El estado, nosotros, no podemos mantener con nuestros impuestos a estos parásitos y rémoras que encima desprecian la función pública a la que pertenecen. En España no existe el libre mercado real ni la libre competencia ni una economía productiva. Desde el franquismo, es una oligarquía como la rusa, con una élite empresarial que se codea con altos cargos políticos y funcionarios, con los que se intercambian puestos y favores. Hay que eliminar eso. Ó capitalistas de verdad, sin elitismos ni clasismos, o socialistas que se crean lo que es la empresa pública y las nacionalicen como estrategia de soberanía nacional y autonomía, como hace Bolivia. Lo que no se puede hacer es un capitalismo de estado que perpetúe los privilegios de una casta de empresarios y políticos que se regalan favores y prebendas. Basta Ya.

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