Malos tiempos para el capitalismo

Ideológicamente, el capitalismo va perdiendo la batalla, que no la guerra. Un cierto marxismo postmoderno, que imita en sus formas y argumentos a los regímenes socialistas no democráticos, y que se presenta como solución a las injusticias y miseria creadas por el fracaso y la caída del capitalismo con rostro humano, llamado socialdemocracia, va ganando adeptos. Suelo escuchar a Pablo Iglesias (buen nombre, pardiez), conductor del programa de tv La Tuerka, gran orador que suele cultivar la demagogia izquierdista, y que para defender a sus santones socialistas, como el fallecido Chávez, echa mano de comparaciones traídas por los pelos, como que en España tenemos al Borbón, elegido a dedo por un dictador de forma no democrática, ó que aquí sufrimos también una dictadura real, la de los mercados. No es que no le falte razón. Cualquier persona sensible y medianamente bien informada sabe esto, que no vivimos en un estado de derecho, que el sistema capitalista es corrupto por naturaleza y que los gobiernos están dejando al pueblo a su suerte. Pero esto no significa, que por comparación, lo Otro sea mejor y más justo, ó más democrático. Cuando Pablo Iglesias se autodenomina : -"Nosotros los demócratas..", comienza a darme algo de grima y temor, pues también la antigua República Democrática de Alemania, satélite de la URSS, tenía esa palabra en su bandera.
No comparto con estos líderes de opinión altermundistas y de la izquierda, un tipo de cínica visión de las cosas, por la que se posicionan con los que llevan la contraria, aunque estos sean estados sospechosos como Irán, la Venezuela chavista, etc.. Asumiendo que en España no hay un equilibrio ideológico en los mass-media, y que abundan los controlados por la derecha y la ultraderecha, pues sus dueños empresariales son muy conservadores, tampoco soy partidario de que los pocos medios con una posición de izquierda se radicalicen y nos intenten vender como democráticos, sistemas y regímenes que tampoco lo son.
De todas formas, pienso que son buenos tiempos para los pequeños Lenins, abundantes en las facultades de ciencias políticas, y que está llegando su momento de ocupar un espacio importante en la vida pública de este país. Aunque yo apuesto por soluciones intermedias y más acordes con nuestra propia tradición política. Una democracia directa de listas abiertas, un estado social intocable de estilo socialdemócrata real, europeizarnos en hábitos, costumbres, libertades civiles y en educación. Defender nuestra soberanía económica, saliendo del Euro si fuese necesario, pero no de la Unión Europea, que nos ha traído más beneficios que inconvenientes. Ojalá todo esto pueda defenderse en situación de paz, y no en estado de guerra ideológica, como parece que es hacia donde nos dirigimos..


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