LO BARATO SALE CARO

1. Lo barato sale caro. Este dicho se cumple con la privatización y externalización de los servicios públicos por parte de ayuntamientos y comunidades autónomas. El PP ha tenido que recular en varios municipios y ha acabado utilizando a empleados y empresas públicas municipales para gestionar servicios que le han salido más caros y han perdido mucha calidad al concedérselos a empresas privadas. Un caso cercano, la empresa que gestionaba el Pabellón Deportivo Príncipe de Asturias en Arganda. Como le salía más caro, al final al Ayuntamiento de Arganda, ha tenido que dárselo a una empresa publica dependiente del consistorio, compuesta por funcionarios y una bolsa de empleo con contratados temporales por 6 meses. Y no digamos de Tragsa, la empresa pública que ha tenido que sacarle las castañas del fuego al Ayuntamiento de Madrid con el conflicto laboral de los trabajadores de la limpieza. ¿Será esto un cambio de tendencia? Ojalá, porque ya vemos lo que ha sucedido con el Madrid-Arena y los hospitales privatizados de Madrid. Todo se está dirimiendo en los juzgados. Así que no os creáis la matraca "interesada", el dogma repetitivo de que lo privado es más eficaz y barato que lo público. MENTIRA.

2. Queda demostrado que las huelgas y las movilizaciones agresivas de los trabajadores sirven, y más si es de recogida y limpieza de basura, porque es tu arma más eficaz de presión. Si esta vez los trabajadores han ganado, es porque pueden, porque la basura huele, molesta, ensucia y genera enfermedades y plagas. Los conflictos laborales se mueven en el equilibrio de fuerzas. Quien tiene la sartén por el mango, gana. Y a veces, la resistencia legítima tiene que utilizar la violencia y la fuerza bruta. No hay otra manera cuando el poder posee el monopolio de la violencia. Como en la huelga del metro, que duró días y paralizó Madrid. No hay otra manera. Tiene que ser así, de forma masiva, con golpes de facto, agresividad y unión de los trabajadores, paralizando, incendiando, haciendo explotar una ciudad. Cuando ya no tienes nada que perder, si te van a echar a la calle, condenándote a la miseria, es luchar o morir. Como hace 100 años, como fue siempre. Quien puede, debe hacerlo. Por todos los que no hemos podido, ole vuestros cojones. Y que no os cuenten que no son maneras, y que siempre pagamos los mismos. La única forma de ganar es como la de los mineros, los trabajadores del metro y del servicio de la limpieza, con batallas campales, esparciendo la mierda, incendiando la ciudad, sembrando el cáos. Cuando no tienes ejércitos de abogados ni mossos de esquadra ultras que te defiendan, lo único que te queda es la capucha y el cóctel molotov. No conozco otra forma de ganar esta guerra contra los que nos condenan al desempleo.

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