Nuestro modo de vida activa a los psicópatas

Con lo deshumanizada que es la vida ya, no me extraña que cada vez abunden más los psicópatas. El individualismo propaga la falta de empatía por el otro. Preferimos la compañía de un perro o un gato a la de las personas. Es lógico. Encerrados en nuestra tribu familiar o de amistades íntimas, nadie conoce a nadie, mejor dicho, nadie se fía de nadie ya. La misantropía es deseable. Refugiarse en los libros, en las películas y en la radio. Hablar sólo con la cajera del Mercadona. Si alguien me dice que otro alguien es un insociable, le contestaré : Aprende tú de esa persona.

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