Esta concepción de lo patrimonial que tienen muchos políticos sobre los cargos y los puestos públicos, no es que me parezca inmoral, sino punible. Tienes una Esperanza Aguirre, que elegía a cargos según su capricho: - A ver que me falta para acabar mi carrera política, ah, sí, el de alcaldesa para seguir siendo la puta ama.. O diputad@s regionales de cuyo cargo parece que vive toda su familia. Después, mafiosos como Granados o González en la Comunidad de Madrid, con comisiones monetarias o en especie (léase apartamentos de lujo) por facilitar y promover grandes operaciones inmobiliarias gracias a su cargo. Las leyes deberían ser especialmente duras con los políticos, pues robar, malversar o malgastar el dinero público del contribuyente, abusando de la confianza que el ciudadano le otorgó con su voto, tendría que estar muy mal visto por la sociedad, que no debe votar a la ligera cualquier lista que le presenten. Es nuestra responsabilidad darle el poder o quitárselo a estos individuos. Pensemos que no son los caciques y tiranos de antaño, éstos solo duran 4 años. Reflexionemos.
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