Hay que destruir para construir algo nuevo. Es a mi generación y a la de los que vienen detrás, a los que les toca intentar cambiar las cosas o pudrirse en el cinismo. Por nuestros hijos, que vivirán en un mundo peor. Por eso, que nunca fui dócil y no sirvo para militar en partidos porque no creo en la bondad del ser humano ni creo en la fidelidad a líderes ni a ideas establecidas de arriba abajo. Compruebo el conservadurismo de partidos de derecha e izquierda, con cuadros y militantes envejecidos, gente buena y luchadora, pero que no se entera por donde vienen los tiros, o mejor dicho, que sí se enteran y no lo entienden o no les gusta esa nueva cultura política de transformación social. Dirigentes que niegan el 15M y los movimientos sociales, que no se sienten cómodos con las prácticas democráticas internas, con la horizontalidad y la igualdad. Como en 1968, esto es un cambio generacional. Hay viejos jóvenes que se han unido a la nueva lucha con su experiencia y sabiduría, pero otr@s no entienden que en una sociedad egoísta, cínica e individualista, las armas son ya otras. Los cambios se están acelerando, como dijo la roja guapa que sale en la portada del Yo Dona. Pero yo tampoco quiero que tú lideres ese cambio. Para venderme ropa ya conozco a dependientas de Zara. Creo que yo sería mejor terrorista que político. Hay momentos en la historia para unos y otros, sobretodo en estos tiempos en los que políticos de la derecha devinieron en terroristas del sistema...
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