Los sibaritas que solíamos votar izquierda, exigentes y pulcros,
preferiríamos que ni Tania Sánchez (No-Punto-No) ni Virginia Rosell
fueran esta vez en las listas de Podemos-IU. Aunque en el caso de la
primera, daría ya igual, porque tanto se movió que se quedó en el mismo
sitio. Y al final, me da la impresión que Llamazares y otros críticos
del acuerdo con Podemos, lo que realmente querían era asegurarse un
puesto en las listas conjuntas, lo que están consiguiendo para callarles
la boca. Si los votantes del PP no son tan exquisitos a la hora de
votar, es que tampoco nunca les ha importado mucho la calidad de nuestra
democracia, un paripé molesto, un teatrillo montado para hacer dinero,
lo único verdaderamente importante. Y me dicen, y creo que tienen razón,
que si Podemos-IU no hacen más que decir que pactarían con el PSOE,
entonces, ¿para qué votarlos a ellos y no al propio PSOE?

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