Con el próximo gobierno de Trump se va a cumplir ese deseo del 15 M y de
muchos indignados; ese que proclamaba que sería mucho más coherente que
se presentaran a las elecciones los bancos y las multinacionales, sin
intermediarios políticos corruptos. Y así va a ser, gobernarán los
corruptores en lugar de los corrompidos. Los presidentes de petroleras,
de financieras, vendedores de armas. El gobierno de Bush Jr. ya adelantó
algo de esto, pero sin disfrazarse de antipolítica ni
antiélite. Ellos eran elite sureña y petrolera. Crearon guerras para
hacer negocios, enmascarandolas. Trump ya no necesita la máscara, porque
la Democracia ya no significa nada. Trump te dice que no cree en el
cambio climático ni algún secretario de estado suyo cree en la evolución
ni en el derecho al aborto y no pasa nada. Son las últimas alimañas del
capitalismo. No necesitan la democracia, como no la necesita China para
hacer dinero. No necesitan intermediarios. Son los millonarios. Pero
esto viene de lejos, desde Reagan o antes. Trump es solamente la
culminación de un sistema mercantilista de hacer política, entremezclada
con valores ultraconservadores. Adornos.
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