El blandiblub

La resignación tiene muy mala prensa en estos tiempos neoliberales del "todo lo puede el indivíduo dinámico sólo con su voluntad poderosa y mágica". El Universo te favorece sólo son desearlo, puedes crear empresas exitosas y superrentables sólo con tener una buena idea, como la de sacarte los mocos y crear el blandiblub, firmar un contrato con Imaginarium y hacerte después una foto con Pedro Sánchez. Sabemos que son mitos, propaganda de un sistema económico que como no es capaz de darte trabajo, te incita a que te lo crees tú, que fracases tú y te estrelles. Y si eso sucedió, es porque no fuiste lo suficientemente ambicioso, ni creativo, ni voluntarioso, ni dinámico, ni lo suficientemente guapo ni encantador, ni estafador, o sea, que no eres hábil para los negocios. Después nos dicen que el español es implacable, que en Estados Unidos está bien visto fracasar y volver a intentarlo, una y otra vez hasta que triunfas, como un demente, un espídico del éxito. Pero que aquí la gente está dispuesta a envidiarte y a machacarte a la mínima, no sé si por cultura católica que admira pero a la vez desprecia a los ricos. Que hacer dinero con tu propio esfuerzo, de la nada, es prácticamente imposible sin una buena base económica de tus padres, o una herencia, o un apellido compuesto. (Yo sólo sé que en mi barrio ponen bares de tapas que fracasan una y otra vez, y que si montas un pequeño negocio te fríen a tasas e impuestos y el estado se desentiende si fracasas aunque hayas creado algún puesto de trabajo porque éste ya ha cobrado y te ha sangrado lo suyo). La resignación tiene muy mala prensa, pero es la única buena cosa católica que funciona cuando fracasar o triunfar ya no está en tus manos, sino en las de Dios. Si eres pobre, te aguantas. Intentas vivir de la picaresca y de la caridad, te hace saber cuál es tu sitio en la sociedad. El señorito te da unas monedas para sentirse bien después de misa. Bueno, ya nadie va a misa, sólo los viejos y algunos andaluces. (Cuando entro en una iglesia como turista, siento un poco de vergüenza, como de intruso en un mausoleo casi vacío, inmaculado, escasamente poblado de personas mayores. Eso sí, las mezquitas están llenas. Por algo será).
Para saber algo de agilidad económica, hay que mirar a los chinos, no a los americanos con su vieja religión protestante capitalista, ya fracasada. Los chinos irán a Marte. Los musulmanes montarán escuelas coránicas en la Luna. Los españoles seguiremos debatiéndonos entre enseñar las tetas tatuadas y llevar a los niños a escuelas segregadas. Es nuestro sino. Yo opto por la resignación, que es apta para perdedores (like me).

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