España no da para más

En España, la única empresa que garantiza un empleo estable, con sueldos más o menos dignos para poder asumir el alto coste de la vida y los alquileres, poder independizarse y fundar una familia, es la empresa pública. Emprender no está al alcance de todo el mundo, y el estado se suele aprovechar como un buitre para freír a impuestos a los autónomos y emprendedores. Este país no tiene un mercado laboral de primera calidad porque apenas posee industria, y los liberales de hoy en día (la mayoría, más que emprendedores, trabajan en la empresa pública) certifican su fracaso recomendándonos que todos nos hagamos empresarios, cuando saben de sobra que el pequeño y mediano empresario es un pringado más, como el trabajador por cuenta ajena. Aquí los únicos que sacan pingües beneficios son las multinacionales y grandes compañías nacionales, y como el el caso de Ferrovial, si quieres contar en el panorama global, tienes que irte a los centros bursátiles del mundo, Londres, Nueva York, Asia, Países Bajos. Para emprender en un mercado donde dicen que el conocimiento es el nuevo oro (mentira, el oro sigue siendo un valor refugio), primero hay que formarse, y saber qué sectores son los adecuados en un mundo cambiante en el que la tecnología hace obsoletos oficios, en cuestión de meses. La realidad es que la mayoría de trabajadores ya sobramos, sea por los cambios tecnológicos, la transformación de la economía occidental o porque vivimos en un país con un mercado laboral dopado y subvencionado, ya que no sería viable sin ayuda del estado y de los fondos europeos. Vivimos en una nación con una mayoría poco cualificada, que no está dispuesta tampoco ya a trabajar bajando los estándares aún más, porque vivimos en un entorno de países ricos, con una cultura empresarial y laboral mejor que la nuestra. Aspiramos con razón a una mejor calidad de vida, cuando España no da para más. Se nos vende que somos un país del primer mundo, con unos estándares, y no llegamos a ellos. La gente joven no aguanta ya ciertas condiciones de trabajo, y muchos empresarios tienen que echar mano de trabajadores foráneos para cubrir puestos en sectores como la agricultura, servicios, turismo, hostelería, además de atraer el talento de aquellos extranjeros mucho más cualificados y formados para otros sectores más tecnológicos.



Emigrantes españoles en el extranjero, según la AI


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