Sobre la monarquía como un jarrón bonito

A pesar de todo el merchandising royal copiando el británico, que en Madrid están repartiendo por las calles, pienso si tiene sentido una monarquía solo para España, sin una Commonwealth hispana. Cierto que muchos hispanoamericanos sienten a la monarquía española como propia a nivel simbólico, como un eco lejano de aquellos americanos realistas que lucharon hace más de 200 años contra los separatistas liberales impulsados muchas veces por los propios ingleses, nuestros rivales. Y que las cumbres iberoamericanas suplen un poco esa relación transoceánica. Se echa de menos un Rey gritón e irritado increpando al presidente populista hispanoamericano de turno, porque eso era algo parecido al Imperio. Quizá una parodia de tiempos lejanos, como lo que representa Carlos de Inglaterra para su menos antiguo y perdido imperio. Pero es que no tenemos ya ni eso, solo una pequeña monarquía folclórica europea que ni siquiera representa a muchos ciudadanos de su propio país. La única monarquía, (rescatada por un tradicionalista y nostálgico del Antiguo Régimen como Franco), en un mundo hispano lleno de repúblicas de diverso pelaje, y regiones españolas que conspirando desde dentro, también pretenden convertirse en otras diminutas repúblicas. Ser hispano y balcanizado parece que es lo mismo, sea ayudado por rivales extranjeros o por conflictos internos. Paradójicamente, fueron los Estados Unidos, una república a la que ayudó nuestra monarquía a independizarse de otra monarquía rival, los que apoyaron con entusiasmo una monarquía constitucional bipartidista después de la muerte del dictador. Quizá porque no son tan malos como los pintamos, y en cierta forma, nos agradecen (siempre porque les interesa) aquel lejano apoyo. Mientras las monarquías europeas quedasen como bonitos jarrones lejos de las costas americanas, podían suscitar todo el entusiasmo y admiración por lo europeo de aquellas repúblicas liberales. Hoy jura la Constitución un bonito jarrón. 

               Otro día de autocomplacencia nacional.
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