Nueva revolución industrial

En esta nueva revolución industrial, las empresas, si la fuerza de trabajo humana valiera algo todavía, tendrían que facilitar viviendas en los polígonos industriales para que residieran hacinados sus trabajadores, y no tuviesen que desplazarse, perdiendo horas de trabajo y por ende, de vida. El capitalismo salvaje neoliberal del siglo XXI es poco eficiente, y menos competente que el de la segunda revolución industrial del siglo XIX, que construyó barrios enteros alrededor de las fábricas.

Esa broma tan socorrida de poner una colchoneta debajo de la mesa del puesto de teleoperador, para hacer jornadas infinitas sin necesidad de irse a casa, ya mismo será una realidad, pero no por la duración de la jornada laboral, sino por la ausencia de vivienda. Se creará una nueva modalidad de trabajador, el empleado homeless, que será abonado mediante alimentos del vending y alojamiento en oficinas, trasteros y garajes de la empresa.


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