En diferentes ocasiones en el devenir político de este país, me he tenido que enfrentar a la decisión electoral, a veces conflictiva para mí, de votar acorde a mis intereses propios o a los de la nación. Como somos un país corrupto, y esto poca gente lo puede negar, cada cierto tiempo, o votas con una pinza en la nariz, o votas sin confianza al contrario o adláteres, o simplemente no votas. Hubo un tiempo en que la democracia era mas importante para mí que los partidos políticos que la gestionan, por eso voté en alguna ocasión en favor de la alternancia. Lo que me parece todavía sorprendente, es que el sistema no se haya roto. Que la gente crea aún en el poder de la alternativa, cuando este sistema (económico sobretodo) parece no tenerla. Cantamañanas que parecieron querer renovar la democracia, como Albert Rivera y Pablo Iglesias, están en sus mediocres asuntos, donde ahora les caben sus empequeñecidos egos. Las mujeres que les sucedieron en el cargo no han sabido tampoco gestionar la decadencia de sus proyectos políticos. Ahora la alternativa creciente está en la ultraderecha. Los que quieren dinamitar o reformar a coces el sistema son ellos. La izquierda solo se mantiene en una actitud de supervivencia, ahogada en sus propias contradicciones woke y de la agenda 2030. Feijoo juega a dos bandas, como siempre ha hecho el PP y el PSOE, cada uno en su espectro. Un estrato de aspecto moderado y estadista, que busca no necesitar a Vox, y otro más duro y derechista, por si tiene que aliarse con los ultras. En algunas cosas, en los municipios, en las regiones, el PP da un poco de asquito progre con políticas excesivamente correctas, poniendo banderas gais y celebrando el Orgullo, talleres con perspectiva de género y abrazando tímidamente lo woke, queriendo suplantar al PSOE y haciéndose pasar por izquierda moderada, y en otros ámbitos, no se diferencia tanto de Vox, aunque es verdad que no se soportan. Dependiendo si Sánchez muere matando, o nos da otra nueva lección de supervivencia política, me planteo qué interesa más a mi país, si votar cuando toque nuevamente como en el 96 a la alternancia, con el riesgo de desengaño a futuro, o pasar de todo como hacen muchos jóvenes, y con razón.
Comentarios